Por Carlos Batista (AFP)
LA HABANA — La sorpresiva devaluación de un 8% que igualó el peso
convertible cubano al dólar, aplicada por el Gobierno de Raúl Castro, es
"positiva" pero insuficiente, pues aún su valor no se corresponde al
estado real de la economía, opinan analistas.
"Es un paso en la dirección correcta pero insuficiente. La acción debe
hacer a la economía cubana más competitiva en el margen, pues es un
incentivo para las exportaciones, el turismo y la inversión extranjera",
dijo a la AFP por correo electrónico el académico Arturo López-Levy, de
la Universidad de Denver.
El Banco Central de Cuba (BCC) puso en vigencia el lunes una devaluación
del 8% del peso convertible (CUC, de convertibilidad interna) respecto
de las monedas extranjeras, regresando a la paridad uno a uno frente al
dólar estadounidense, que mantuvo de 1994 -cuando comenzó a operar- a 2005.
"Esta decisión significa un paso discreto dirigido a propiciar una
mejoría en el balance de divisas del país", alegó el BCC, cuya decisión
tomó por sorpresa hasta a sucursales bancarias y casas de cambio,
algunas de las cuales tuvieron que paralizar momentáneamente sus
operaciones.
La mayor confusión se debió al gravamen del 10% que se mantiene vigente
desde 2004 para el cambio de dólares en efectivo, que reciben muchos
cubanos de sus familiares de Estados Unidos por vías informales.
La medida debe disminuir ese tráfico de dólares que entra en Cuba a
través de llamadas "mulas", pues por la vía legal, por medio de la
Western Union, está exenta del recargo del 10% por ser un dólar
interbancario.
El BCC explicó que los efectos de dos huracanes en 2008 -con pérdidas
por 10.000 millones de dólares- y de la crisis internacional deterioró
más la economía.
"La tasa adoptada (del CUC) es todavía muy alta, pues no es un buen
reflejo de los problemas de competitividad que tiene la economía
cubana", sostiene López-Levy.
Pavel Vidal, experto en política monetaria de la Universidad de La
Habana, estimó la medida "positiva". "La vengo proponiendo desde hace
dos años, espero que sea el comienzo de una política de corrección de
los tipos de cambio", afirmó.
Para el economista opositor Oscar Espinosa Chepe "es una medida
realista, positiva", pues "lo que no debió haberse hecho" fue la "medida
voluntarista" decidida por Fidel Castro en 2005 de reevaluar el peso
convertible.
"Pero hay que quitar el impuesto (10% al dólar efectivo) a la población
porque es injusto, incluso pudiera dar esto ahora motivo a
especulaciones, a acciones ilegales", agregó Espinosa Chepe.
El BCC especificó que la devaluación no modifica ni la paridad del peso
corriente (CUP), en el que reciben los cubanos sus salarios y pagan sus
servicios de alquiler, electricidad, agua, gas y otros, de 25 CUP por 1 CUC.
Además, tampoco cambió la paridad de 1 CUP por 1 CUC que existe desde
hace años para parte de la contabilidad estatal.
Una política oficial de corrección de los tipos de cambios vigentes aún
debe llevar también a "una devaluación de la tasa oficial del peso
cubano en la empresa estatal y probablemente, otras devaluaciones del
CUC con respecto al dólar", opina Vidal.
La devaluación aplicada "es un acercamiento a la realidad. Eso va a
necesitar otros estudios de fijar una tasa más real pero, bueno, es un
primer paso", señala Chepe.
"La lógica gradualista del Gobierno es esencialmente correcta pero la
economía cubana necesita una depreciación más dramática. Dicho esto, la
acción es el signo más claro hasta el momento de la voluntad del
presidente Raúl Castro de poner el crecimiento económico y el ajuste
estructural en la cima de sus prioridades", indicó López Levy.
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