Raúl Castro reconoce que la situación en la isla es crítica y que a su
generación sólo le queda enmendar "errores" del pasado
MAURICIO VICENT | La Habana 16/04/2011
Desde que Raúl Castro asumió el mando debido a la enfermedad de su
hermano Fidel, hace más de cuatro años, expresó la necesidad de
introducir cambios "estructurales" en el modelo económico para hacer
sostenible el socialismo cubano, cada vez más carcomido por la
ineficiencia. Desde entonces, diversas medidas de corte aperturista han
sido adoptadas, las primeras tan elementales como permitir que los
cubanos se alojen en hoteles o puedan comprar un ordenador o un teléfono
celular, y otras que implican transformaciones de calado, como el
reparto de tierras ociosas del Estado a los campesinos o la ampliación
de los márgenes para la iniciativa privada.
En este tiempo, en paralelo a las consignas revolucionarias y los
discursos estirados, ha ido avanzando y dibujándose un camino de
reformas que, aunque tímidas y con vaivenes, han marchado en la
dirección de una apertura económica, que no política. Sin embargo, según
el propio Castro admite, lo hecho hasta ahora es insuficiente. El VI
Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) tiene como único tema en
agenda el económico, y debe aclarar algunas cosas fundamentales, como
definir qué tipo de modelo es el que se busca y cuáles son los límites
de los cambios, al menos los iniciales.
Ya se sabe que en Cuba las palabras reforma y transición son tabú, al
igual que lo eran en Vietnam durante el VI Congreso de los comunistas de
ese país, en 1986, que abrió la puertas a la transformación del país.
Hoy en el PCC se habla sólo de "actualización del modelo", del mismo
modo que en Vietnam el concepto era "renovación" (Doi Moi). Economistas
cubanos aseguran que es muy pronto para establecer similitudes entre
ambos procesos, sobre todo en cuanto al alcance. Pero el espíritu no es
muy distinto.
"De lo que se trata es de transitar de un modelo estatal férreamente
centralizado a otro de economía mixta, con espacios cada vez mayores
para el mercado y la iniciativa privada, con la diferencia sustancial
que Vietnam empezó hace 25 años", asegura un sociólogo cubano.
El documento base que discutirán - y con toda seguridad aprobarán - los
1.000 delegados al VI Congreso, tiene 291 propuestas incluidas en el
"Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social de Cuba".
Estos lineamentos han sido sometidos en los últimos meses a un amplio
proceso de discusión en todo el país, y las sugerencias recogidas han
modificado alrededor del 60 % del articulado, según declaró el ex
presidente norteamericano James Carter en una reciente visita a la isla.
Lo que no se ha dicho todavía es qué tipo de enmiendas son.
Los lineamientos, en esencia, apuestan por la descentralización y
desestatización, la ampliación de la iniciativa privada (en los últimos
meses se ha duplicado el número de licencias de trabajo por cuenta
propia concedidas) y un mayor uso de los instrumentos de la economía de
mercado, tanto para gestionar las políticas macroeconómicas como las
decisiones microeconómicas.
Se habla de salarios diferenciados y vinculados a la productividad, de
reducir gastos sociales y también de despidos en un país que se
enorgullecía del pleno empleo (el plan era reducir antes del verano las
plantillas estatales en más de 500.000 personas, pero ha sido aplazado).
Además del fin de las políticas igualitaristas, se recoge la voluntad de
estimular las pymes y cooperativas en diversos sectores y de abrir el
mercado inmobiliario.
El conjunto de medidas parecen apuntar hacia la creación de un escenario
de "socialismo de mercado" que poco tiene que ver con la realidad cubana
actual, pero hay demasiadas cuestiones sin definir todavía, aseguran
diversas voces. Un ejemplo es cómo hacer compatible el sistema de
planificación socialista, que se mantiene, con la ampliación del
mercado. "El plan está por encima del mercado, pero... ¿cuáles son los
límites?, se preguntaba recientemente el economista cubano Pavel Vidal
en una entrevista. "Se tiende a pensar que con control, previsión y
disciplina se van a resolver los problemas (...) Si vamos a intentar
perfeccionar lo que no ha funcionado por décadas, entonces no llegaremos
a ningún lado", indicaba.
Además del contenido, está el ritmo de las reformas. Algunos aseguran
que aunque se haga todo bien ya no queda tiempo, y de cambios políticos
el VI Congreso del PCC ni hablará.
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Cuba/busca/modelo/elpepuint/20110416elpepuint_11/Tes
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