Friday, April 15, 2011

Pequeñas y medianas empresas

Pequeñas y medianas empresas
Friday, April 15, 2011 | Por Miriam Leiva

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) – La ampliación a 178
categorías para ejercer el trabajo por cuenta propia en septiembre de
2010, en procura de canalizar el desempleo de 500 mil personas hasta
abril, y en total 1,3 millón en tres años, y complementar la economía
estatal, ha probado ser un fracaso en los escasos meses desde su
aprobación, tanto por no abrirse a actividades y producciones notables,
como por los elevados impuestos, la inexistencia de mercado mayorista y
las prohibiciones en general. El VI Congreso del Partido Comunista,
basado en las experiencias fallidas, debería despojarse de los dogmas y
miedos para liberalizar realmente la capacidad creativa de los cubanos.

Entre las iniciativas que podrían hacer una gran diferencia en la
debacle económica con profundas repercusiones socio-políticas, está el
verdadero auge del trabajo por cuenta propia y, sobre todo, admitir el
derecho a la propiedad privada y las ganancias correspondientes, que
restituyan el valor social del trabajo honesto y el nivel de vida
correspondiente, ajenos a los compromisos políticos resultantes en
grandes diferencias sociales, la doble moral y la pérdida de valores éticos.

Análisis, recomendaciones e iniciativas de especialistas empleados en
instituciones vinculadas al Estado o economistas independientes dentro
del país, prestigiosos cubanos asentados en el exterior, gobiernos y
organizaciones no gubernamentales, denotan el empeño por contribuir a
impulsar la recuperación y fomentar el desarrollo. Si en alguna ocasión
las autoridades cubanas han contado con contribuciones para emprender
acciones sólidas en provecho del pueblo y la nación, es ahora. No
existe justificación para continuar imponiendo el retroceso y la opción
de procurar un futuro en el extranjero.

Entre las propuestas sólidas se encuentra el desarrollo de las pequeñas
y medianas empresas (PYMES) -cuyo embrión cubano sería el
"cuentapropismo"-, importantes para el crecimiento económico y la
creación de empleos en todo el mundo. Para su progreso se requiere
fundamentalmente capital inicial, así como entrenamiento e insumos,
incluido equipamiento. Aunque el gobierno anunció en marzo la concesión
de ciertos créditos, parecen insuficientes para los requerimientos de un
vasto empeño.

La iniciativa "Apoyo a la pequeña empresa en Cuba: recomendaciones para
líderes del sector privado y público", lanzada por el Cuba Study Group
con sede en Washington DC, el 7 de abril, pretende crear un fondo de 50
millones de dólares con el objetivo de suministrar a ciudadanos cubanos
el capital para operar empresas por cuenta propia. No tiene el propósito
de ganancia ni está financiado por ningún gobierno. Se trata de un
proyecto asentado en sólidos estudios de necesidades y posibilidades,
auspiciado básicamente por cubanos residentes en Estados Unidos con
raíces en Cuba.

Dos componentes esenciales para el progreso de esta iniciativa son el
alcance de las reformas aprobadas en el VI Congreso del PCC y la
continuación de una política proactiva por parte de la Administración de
Estados Unidos.

En las declaraciones de la Casa Blanca el 14 de enero se anunciaron
cambios con la intención de "ampliar la independencia económica del
pueblo cubano", plasmados en las medidas del 28 de enero que, entre
otras, benefician el autoempleo al ampliar el envío de remesas por
cualquier ciudadano estadounidense a personas no miembros de su familia
en Cuba, y la creación de una categoría de licencia específica para
remesas a personas o entidades no gubernamentales independientes, con el
fin de apoyar el desarrollo de empresas privadas.

Independientemente del embargo, el Presidente norteamericano posee aún
capacidad discrecional para otras acciones, pero obviamente se requieren
actitudes racionales desde La Habana, con prioridad inmediata la
liberación del contratista Alan Gross.

Existe gran sensibilidad entre personas, instituciones y gobiernos por
contribuir a insertar a los cubanos en las oportunidades que brindan los
conocimientos y el desarrollo mundial. La encrucijada está en decidir
entre el camino del progreso o el despeñadero. El sentido común debe
vencer para bien de todos.

http://www.cubanet.org/articulos/pequenas-y-medianas-empresas/

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