Miércoles, Octubre 12, 2011 | Por Osmar Laffita Rojas
LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -En noviembre hará tres años
que comenzaron a circular en La Habana 500 nuevos ómnibus articulados,
procedentes de China, Belarús y Rusia.
Como dice el dicho, "escobita nueva barre bien". Los ómnibus de las
terminales de Alamar, El Calvario, Alberro, Santa Amalia, Santiago de
las Vegas y San Agustín, comenzaron a circular con una frecuencias de
10 y 15 minutos. La pesadilla de llegar tarde al trabajo y luego
regresar no se sabía a qué hora a la casa, pasó a ser algo del pasado.
Pero muy pronto empezaron nuevamente los problemas. El primero, con el
salario y la estimulación de los choferes. Primero los choferes
recibieron sueldos relativamente buenos, pero los burócratas
consideraron que era mucho y arbitrariamente los rebajaron, lo que
provocó el éxodo masivo de chóferes.
El incumplimiento de las frecuencias de los viajes en estas últimas
semanas se ha hecho más crítico. Se ha hecho normal que un usuario
permanezca más de media hora en una parada, porque los ómnibus -ya
repletos- no paran en las paradas cuando están demasiado abarrotadas.
La prensa oficial no hace referencia al hecho de que en estos momentos
cerca del 68% de estos ómnibus articulados está paralizado por falta de
piezas, gomas y acumuladores. El Ministerio de Transporte le ha
comunicado a la Empresa de Ómnibus de la capital que por el momento no
hay dinero para resolver este problema.
En la terminal de Santa Amalia, en Arroyo Naranjo, cerca del 69% del
parque de articulados está paralizado a causa del vandalismo y el
canibalismo de piezas de que han sido víctimas los vehículos. Debido a
esto la frecuencia de salidas de los P-9, P-10 y P-13 es ahora de 40
minutos o más.
Muchas personas no se atreven montar de noche los articulados de la
terminal de Santa Amalia debido a los peligrosos barrios que atraviesan
y a que los ómnibus transitan sin luces en su interior, oscuros como una
boca lobo, lo que propicia los frecuentes asaltos.
El P-2 sale de Alberro, en El Cotorro y termina en la esquina de
Avenida de los Presidentes y Malecón, en El Vedado. La frecuencia de las
salidas es cada 40 minutos o más. En horas de la tarde, cuando un P-2
llega a la última parada es normal que estén esperando más de 100
personas. Cuando arriba el ómnibus, las personas van al abordaje y se
produce una escena realmente penosa. No se respeta el lugar en la cola.
A nadie le interesa que haya embarazada, niños, ancianos, o impedidos
físicos; lo único que importa es subir a la guagua, como sea.
Los ómnibus de la terminal de Santiago de Las Vegas, cuyo recorrido
termina en el parque El Curita, en la Habana Vieja, son los que
transportan mayor cantidad de pasajeros en su recorrido. Pero por la
falta de piezas, de los 80 articulados con que cuenta la terminal, sólo
circulan diariamente 5 ó 7. Es en estos momentos la terminal que peor
servicio presta en la capital.
Coger un ómnibus a cualquier hora en La Habana ha vuelto a ser una
pesadilla. Los que esperan las guaguas son la mayoría, los que como
promedio ganan de18 a 20 dólares mensuales, gentes que no disponen de
dinero para destinar de su mísero salario 50 u 80 centavos de dólar para
coger un taxi colectivo o un carro botero.
La crisis del transporte en la capital ha renacido con ímpetu y se
agrava cada día que pasa. El mal servicio de la Empresa de Ómnibus
Metropolitanos, debido a la ineficiencia y el descontrol reinante en
dicha entidad, no parece tener solución. No hay culpables que rindan
cuentas a nadie. El pueblo no importa.
No comments:
Post a Comment