El agrio camino del azúcar
Alberto Méndez Castelló
Las Tunas 06-10-2011 - 9:59 am.
Solo 46 centrales molerán en la presente zafra. ¿Qué sucede con la
producción de azúcar en Cuba?
Raúl Castro calificó como un "gran trabajo de reorganización" el proceso
realizado para reestructurar la agroindustria azucarera. "Las cosas
siempre salen bien cuando se piensa antes de hacerlas y se rectifica a
tiempo cada paso", dijo el General en una reunión ampliada del Consejo
de Ministros, el sábado 24 de septiembre.
En lo adelante, el Ministerio del Azúcar quedará reducido a un grupo
empresarial compuesto por 13 sucursales provinciales. De los 61
centrales que todavía pueden fabricar azúcar se desactivarán cinco más,
y de los 56 centrales que van quedando en el otrora país del azúcar,
solo 46 molerán en esta cosecha.
En 1959 existían en Cuba 161 centrales azucareros. Entre azúcar, mieles,
alcoholes y otros subproductos exportaban más del 75% del valor total
exportado por el país. Para 2002 ya solo existían 85 y, nueve años
después, 29 fábricas más han desaparecido; esto, precisamente cuando en
el mundo ha crecido la industria azucarera y la de los derivados.
¿Qué sucede con la producción de azúcar en Cuba?
"Para responderle comenzaré por formular otra pregunta: ¿Cómo, sin mucho
ruido, en 1952 se produjeron en Cuba 7.138.000 toneladas de azúcar y, en
1970, cuando la famosa zafra de los 10 millones, llevando a todo el país
a los cañaverales, apenas se produjeron 1.400.000 toneladas por encima
de esa cifra? En 1952 la gente produjo azúcar porque ese era su trabajo,
no la meta que le habían impuesto", opina un empleado bancario
solicitando el anonimato.
"Yo soy economista, no agrónomo, pero siempre tuve que ver con la
agricultura por operaciones crediticias y más de una vez dije en el
campo: 'este terreno está mal preparado, hasta un ciego sabe que no dará
cosecha'. ¿Y qué me decían?, pues que tenían que cumplir la meta. ¿Qué
pasa con la producción de azúcar en Cuba? Lo mismo que sucede con el
arroz, la carne, los frijoles, el café, la leche y hasta con el agua. La
política se mezcló en todo y terminó dando nada", añade.
Pero la agroindustria azucarera proporcionó empleo a más de 400.000
trabajadores. Esto es alrededor del 12% de la fuerza laboral del país.
Aproximadamente más de 2 millones de personas, entre trabajadores y sus
familiares dependían de estas labores. ¿Ahora viven de la nada?
"Si a lo que usted llama no vivir de la nada es emplearse por su cuenta
y riesgo en una economía informal, en labores de mera supervivencia,
desarraigándose de un quehacer que viene de padres a hijos a través de
cuatro siglos, pues bien, de alguna forma la gente de la industria
azucarera se buscará la vida. Pero el daño irreparable es para la
nación, que habrá perdido una clase social y parte de su tradición",
dice un sociólogo.
"Cuando se desactiva un central, con él muere una parte de la nación,
toda una cultura se desmorona, y esto tiene implicaciones más duraderas
que las adversidades económicas, pues buena parte de los cubanos
vivíamos no del azúcar, sino por el azúcar", añade.
Según Armando Nova González en su libro La agricultura en Cuba.
Evolución y trayectoria (1959-2005), entre las causas por las que en
Cuba no se producen las cantidades necesarias de caña de azúcar está, en
primer lugar, la falta de estímulo al trabajador cañero.
El ingreso de los productores no está asociado con el precio en divisas
del mercado internacional o su equivalente en pesos. De un precio de 10
centavos de dólar estadounidense por libra de azúcar, el productor
recibe solo la vigésima parte.
Otro aspecto que incide negativamente en la producción azucarera es la
deficiente alimentación del trabajador y su familia, pues aun cuando las
cooperativas cañeras no producen lo suficiente para su
autoabastecimiento, además de caña deben producir leche, carne, viandas
y granos para el mercado estatal.
"Yo estoy vendiendo carne de cerdo, de carnero y de pollo porque el
Partido me obliga a hacerlo, no porque tengamos suficiente ni para
nosotros mismos", dice durante una feria agropecuaria un productor cañero.
También afecta la producción de azúcar la calidad y cantidad de
viviendas disponibles para los trabajadores del campo.
"El ritmo constructivo es bajo, irregular y con tendencia decreciente en
los últimos años", escribió Nova González en La agricultura en Cuba.
"Yo escucho al general Raúl Castro hablar de decisiones precipitadas, de
actuar sin prisa pero sin pausa, de reorganización, y me asombro. Es
como si este señor no se hubiera pasado más de medio siglo como segundo
de a bordo de un barco al que le abrieron un boquete al nivel de la
línea de flotación, para que no se hunda pero tampoco pueda transportar
ni un gramo más del que le planificaron. Es como si a un niño o a un
árbol le eliminaran la posibilidad de crecer", dice el sociólogo.
Ciertas o no las consideraciones del especialista, de lo que sí no
parece caber duda es de que cuando en 1960 el castrismo expropió la
industria azucarera fue como si un perro de hortelano comenzara a ladrar
en los cañaverales y los centrales azucareros.
Ojalá las noticias salidas del Consejo de Ministros sean las últimas
bravatas de quienes prefirieron destruir una industria antes de que
otros la hicieran crecer.
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