Impuestos de aduana afectan a cuentapropistas y familias
Los alimentos ya no pueden entrar libre de gravámenes a la isla y en
infinidad de hogares y cocinas de restaurantes privados no saben qué hacer.
martinoticias.com
Ultima actualización 25.06.2012 10:37
El final de la era en que los alimentos importados entraban libre de
impuestos a Cuba provocó que de repente la Terminal 2 del aeropuerto
internacional de La Habana se viera abarrotada de equipajes, según
reseña un artículo publicado por BBC News.
La publicación señala que después de que el Gobierno reimpuso el pago de
gravámenes sobre todas las importaciones de comida, las familias y
negocios batallaron por procurarse la mayor cantidad posible de
suministros antes de que la medida entrara en vigor.
"El último día de impuestos libres—dice—, el número de vuelos chárter
desde EE.UU. se duplicó a 22. Las aerolíneas tuvieron que añadir otros
10 aviones sólo para transportar el exceso de equipaje, en su mayoría
comida, según un funcionario del aeropuerto".
En 2008, a los pasajeros se les permitió llevar libre de impuestos
alimentos con fines no comerciales a isla, agrega, como una medida
temporal para que familiares en el extranjero ayudaran a los suyos tras
una serie de devastadores huracanes.
Pero en un país de escaseces—precisa—, la medida fue rápidamente
utilizada con fines lucrativos y aprovechada por los mensajeros de
bultos, más conocidos como "mulas", que con frecuencia viajan de EE.UU.
a la isla.
El artículo destaca que en virtud de que las importaciones comerciales
no son permitidas por las autoridades, los nuevos negocios que "han
florecido" últimamente como los "paladares" han dependido de las "mulas"
para sus suministros.
BBC cita a una de esas "mulas", un tal Eduardo, quien le dijo que a
diferencia de las remesas de dinero y de la ropa que llevan la isla ya
no podrán hacerlo más con los alimentos. "Pesan mucho, no será lucrativo".
Como no existe comercio mayorista en Cuba, las "mulas" han estado
llenando esa brecha. "Es una forma de vida aquí, la gente depende de
cosas que le envían de afuera..y están muy preocupados", dijo la dueña
de un restaurante mexicano, Ángela Hernández, que importa de México y de
Miami las especias que necesita.
Tomás Erasmo, quien fue chef de Fidel Castro y recientemente abrió un
paladar, dijo a BBC estar "aterrado" por la medida, y aunque describió
como violadores del embargo a las "mulas", puntualizó que la población
se verá mucho más perjudicada que los dueños de restaurantes.
"La gente también trae comida para su familia. Tienes necesidades, y
hasta que el Estado no pueda resolver ese problema creo que debemos ser
flexibles", indicó.
El artículo concluye diciendo que Eduardo, la "mula", tiene confianza en
que se solucionará alguna otra ruta de suministros para los negocios,
aunque a mayor precio. Pero algunas familias, asegura, sienten que han
perdido su salvación.
Sobre las "mulas", el activista Jorge Corrales, residente de Guantánamo,
dijo a martinoticias.com que el Gobierno acepta "simple y llanamente"
que los cuentapropistas paguen el impuesto, porque "es una manera que
tiene el régimen de incrementar sus ingresos".
Manifestó que la policía y los inspectores no interfieren y "se limitan
a mantener el control para saber la cantidad de mercancia que tiene el
trabajador por cuenta propia" y lo que él "tiene que ingresar al Estado".
Corrales recordó que "al principio eso era algo que se hacía de una
manera clandestina (…) ahora se ha incrementado, porque no es solamente
Estados Unidos, y no es solamente sobre los alimentos, también hay mulas
que traen calzado y ropa de Honduras y de otros países latinoamericanos
", señaló Corrales.
http://www.martinoticias.com/content/cuba_comida_paladar_impuesto/12249.html
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