Entrevista de los lectores
Elizabeth Burgos: «Un cambio de gobierno en Venezuela no suspendería las
relaciones comerciales con Cuba»
27-06-2012 - 8:11 am.
La antropóloga e historiadora Elizabeth Burgos ha estado vinculada a
Cuba desde los años 60. Gran conocedora de las luchas que durante el
siglo XX tuvieron lugar en América Latina, Burgos ha estudiado con
atención las relaciones entre el gobierno de los Castro y la Venezuela
de Hugo Chávez. Hoy, responde a los lectores de DIARIO DE CUBA.
León: He escuchado que incluso en una hipotética victoria de Capriles en
las próximas elecciones venezolanas, los acuerdos petroleros con la Cuba
de los Castro se mantendrían con el apoyo, incluso de los
norteamericanos, interesados, más que nada, en evitar un colapso en La
Habana y el caos que tanto les aterroriza tan cerca de sus costas. ¿Ha
escuchado de esta posibilidad, le parece factible?
León, sí me parece factible que un futuro gobierno de la oposición
continúe enviándole petróleo a Cuba. Seguramente, bajo condiciones más
formales adscritas a las normas de intercambio comercial. El candidato
unido de la oposición, Henrique Capriles Radonsky, declaró hace poco
que, de ser electo presidente, los envíos de petróleo a Cuba no se
suspenderían, pero que sí se revisarían muchos de los innumerables
acuerdos firmados entre Cuba y Venezuela, porque la "prioridad de los
ingresos que percibe el país, deben invertirse prioritariamente en las
necesidades de Venezuela". De hecho, cada vez aparecen más críticas de
la opinión pública popular hacia la "regaladera de dinero" hacia otros
países, mientras en el país se sufre de penuria.
EE UU enfrenta crisis de toda índole, tanto en el plano doméstico como
en el plano internacional. Evitar asumir la responsabilidad de un país
que representa una catástrofe económico/humanitaria, es simplemente una
medida de sensatez. Cuba no representa ante los ojos de Washington un
peligro para su seguridad, tanto más si se toma en cuenta los
innumerables conflictos de suma gravedad en otras zonas del planeta y en
donde EE UU está directamente implicado. Tampoco le conviene a
Washington que se desate una situación incontrolable y que la guerra
civil sui generis que se vive en la actualidad en Venezuela degenere en
una situación incontrolabele.
Parece ser, según medios por lo general bien informados, que las medidas
preventivas en relación a Venezuela, las tendrá en sus manos un eje
constituido por Washington-La Habana-Brasilia. En este escenario Cuba
jugaría el papel preponderante, por constituir, de hecho, una fuerza de
ocupación organizada, contrariamente al gobierno chavista que se
caracteriza por la ineficiencia, el desorden, y la incompetencia en la
gestión de las tareas de un Estado. (Todas las fallas que existían antes
de la elección de Chávez, en lugar de resolverlas, se han multiplicado,
profundizado y creado otras más graves, como es la de alimentar una
dinámica de enfrentamiento entre los venezolanos.)
Al ocupante cubano, le ha favorecido, suscitándolo, el desmoronamiento
de las instituciones del Estado en Venezuela. De ahí que, ante la
situación de caos que mantiene el Gobierno venezolano, el personal
cubano aparece como un recurso para poner orden e impedir una situación
incontrolable. Y la de sembrar el caos y luego aparecer como la voz que
favorece la conciliación, es una modalidad cara al castrismo, de la que
siempre se ha servido en todos los conflictos que ha suscitado y en los
que Cuba ha intervenido.
El personal cubano que ocupa los espacios estratégicos de Venezuela
cubre desde el personal militar, policial y civil, aunado a los miles de
jóvenes entrenados militarmente en Cuba, que constituyen la milicia,
destinada a "defender la revolución". El personal cubano aparece como la
única fuerza verdaderamente organizada capaz de imponer el orden,
evitando el tema engorroso y costoso, en caso de que se presente, de la
necesidad de una hipotética intervención del exterior.
Debo señalar que el registro civil, el control de aeropuertos y el
servicio de cedulación están en manos de personal cubano. Sin contar con
que cada ministro tiene a su lado por lo menos dos asesores cubanos que
controlan su actividad, al igual que sucedía en Cuba en los tiempos en
que dependía de la URSS. Lo mismo en el Estado Mayor del Ejército. En
las embajadas venezolanas, parte del personal es cubano.
Dicho de otra manera: es el hecho de ser ya un espacio ocupado por una
fuerza exterior lo que le garantizaría el mantenimiento del orden en un
país en donde la autoridad del Estado se ha reducido, por no decir que
ya no existe. Existe un aparato de Gobierno, por cierto con muchas
fisuras, debido a las luchas internas que aquejan al oficialismo,
alimentadas, en particular, por la supuesta enfermedad de Chávez, que ha
abierto las compuertas de la lucha por el poder entre los jerarcas del
régimen.
Este acuerdo Washington-Cuba en relación a Venezuela, no debería ser
ninguna novedad, dadas las muy buenas relaciones y de cooperación que
existen en el campo militar entre La Habana y Washington.
María del C: Quienes estamos expuestos a la propaganda
chavista-castrista ya hemos oído lo que ésta dice acerca del llamado
socialismo del siglo XXI. Pero me interesaría saber cómo lo
caracterizaría usted, cómo caracterizaría la situación actual en Venezuela.
El llamado socialismo del siglo XXI que se está gestando en Venezuela es
un inmenso desorden, una inimaginable inestabilidad, y una excepcional
incompetencia. Basta imaginar el resultado que puede arrojar la
inspiración mimética del castrismo para construir el socialismo en un
país petrolero, en donde el nuevorriquismo es la meta ansiada.
En Cuba, en una época, el anhelo mayor era ser miembro del PCC para
subir en la escala social. En Venezuela, el anhelo es hacerse de la
manera más rápida posible con la mayor cantidad de dinero. Para los
miembros del Gobierno, hacerse lo más rico posible mediante comisiones
de toda índole por concepto de importaciones hasta el tráfico de droga.
Las importaciones constituyen un rubro importante, pues se importa todo
lo que el país consume. La destrucción de la industria nacional obliga a
importar los artículos más elementales: azúcar, arroz, café, harina… Y,
según testimonios, en el tráfico de drogas están implicados algunos
miembros del alto mando militar. En ese sentido, Cuba ha operado una
revirginización en materia de actividades ilícitas, transfiriéndolas a
Venezuela.
El modelo del "hombre nuevo" que se está forjando en Venezuela es un
híbrido, producto de la fusión del autoritarismo castrista con el modelo
que se ha generado en Venezuela de un país rentista-petrolero. Un
híbrido caribeño que tira por la borda todos los pronósticos que pudo
imaginar Karl Marx, pero que hubiese hecho las delicias de Severo Sarduy.
Para el resto, para el llamado "pueblo chavista", su anhelo es percibir
durante el mayor tiempo posible las subvenciones provenientes del
Gobierno, a cambio de lo cual le da sus votos. Existen enormes
conflictos sociales en el plano laboral y en la vida cotidiana que no
trascienden, debido al monopolio de los medios de comunicación en manos
del Gobierno y a las simpatías que profesa la izquierda ingenua del
mundo a cualquier intento neofascista aderezado de comunismo que
aparezca en América Latina.
Las castigadas clases medias y los profesionales abandonan por millares
el país. Sin contar con los 15.000 asesinatos por año que mantienen a la
población sumida en el miedo permanente. El gobierno de Chávez ni
siquiera se inmuta ante la violencia que ejerce la delincuencia en la
población. Es la llamada guerra social que tan rentable le fue al leninismo.
¿Hasta cuándo puede durar este estado de hechos en un país dueño de un
producto energético indispensable al desarrollo de los países
industrializados? Hasta que suceda lo imprevisible, que siempre puede
suceder: una caída abrupta de los precios del petróleo, generaría una
crisis peor de la que vivió Venezuela cuando Chávez asumió el poder.
Cualquier experimento o crisis en Venezuela lleva marcado el precio del
barril de petróleo. El resto es imaginario puro. Venezuela depende casi
totalmente de las importaciones de productos alimenticios y, si no tiene
los medios para costearlos, logrará el deseo más ferviente de Chávez :
convertir a Venezuela en ese "mar de felicidad" (Chávez dixit) que es Cuba.
Ernesto López, desde Cuba: ¿Cree usted la democracia representativa
actual es un medio político valido? Si lo analizamos por sus propias
consecuencias, desde la óptica de que el voto de una persona inculta o
de intereses mezquinos o vago por naturaleza, oportunista o de doble
moral, entre otros males antropológicos de la conducta humana, beneficie
a gobiernos populistas que ofrecen a estas grandes masas comprometidas y
agradecidas pescados hasta que se agoten indiscriminadamente y no los
instrumentos de ayuda real para lograr sus propias capturas, ¿cree que
es justo que la democracia actual dé el mismo valor y amparo legal a
todos por igual? ¿Cree que esta situación podría estar afectando la
Venezuela actual? ¿Cree que Capriles Radoski tenga una posibilidad real
de triunfo? Gracias.
Está demostrado que la democracia es el menos malo de los regímenes
políticos, y el sufragio universal es su condición primera. Por vivir
desde hace muchos años en un país de una bien establecida cultura
democrática, sé que la democracia es una lucha de todos los días. La
democracia no significa dar un voto y luego sentarse a la espera, como
el pichón con el piquito abierto esperando el alimento.
La democracia va a la par con el régimen republicano. Si existen masas
incultas o de bajo nivel educativo, es porque el Estado democrático no
ha cumplido con sus deberes. La experiencia histórica ha demostrado la
existencia de varios modelos de Estado. Aquél cuyo fundamento reside en
la fuerza militar y represiva, o el Imperium así definido por los
griegos, administrado por un soberano que actúa fuera de las leyes, en
donde reina el despotismo, y el Estado constitucional, la República, en
donde la ley se impone a todos por igual. Salir del despotismo
monárquico, no ocurre de inmediato: en Europa ha tomado siglos.
Reclamar un Estado de derecho es crucial en América Latina. Solo así se
accederá algún día al abandono de los rasgos imperiales/monárquicos de
la acción política, para lograr la emergencia de un Estado moderno.
Las conductas oportunistas, la doble moral, y otros males de la conducta
humana, son productos de la condición humana y no pueden ser objeto de
exclusión. Pretender excluir a quienes ostentan características humanas
que nos disgustan, es lo propio del totalitarismo. Un Estado de derecho
está en la obligación de llevar la gestión de las conductas contrarias a
la buena marcha de la sociedad, aplicando la ley. Un régimen democrático
debe darle amparo a todos aplicando la justicia. A las víctimas de la
delincuencia por el mismo hecho de serlo, a los delincuentes que las
instituciones del Estado encargadas de aplicar la justicia, deben
castigar, pero también darles la posibilidad de reformarse. Las
relaciones en el seno de la sociedad deben ser regidas por normas
legales, y no por el capricho de subjetividades o inclinaciones
ideológicas de un monarca o de un dictador.
Las posibilidades de triunfo de Capriles Radonsky son factibles, queda
por ver en qué medida se puede confiar en el voto electrónico impuesto
en Venezuela, fácilmente manipulable por expertos en informática y la
existencia de un organismo electoral nombrado por el régimen y solidario
del mismo.
El sistema de cedulación [inscripción electoral] en Venezuela ha sido
obra de personal especializado cubano. El ministro de Defensa declaró
hace poco que las Fuerzas Armadas no reconocerían un desenlace electoral
contrario a la revolución. Chávez declaró que quien no es chavista no es
venezolano. Como puede verse, el resultado electoral y el futuro de
Venezuela son una incógnita. En todo caso, las corrientes democráticas
del país llevan a cabo una lucha admirable que, pese a los chantajes y a
las provocaciones del oficialismo, continúan su empeño en la
restauración de la democracia.
Vanessa: Hola, me alegra que dedique un tiempo a este espacio de debate
que tenemos en DDC. Mi pregunta es la siguiente: ¿qué tan real y/o
positivo sería un cambio para Cuba si el actual presidente de Venezuela
muere, debido a su enfermedad o no sale reelecto? Gracias.
La incertidumbre, como lo expresé antes, es lo que caracteriza a la
situación en Venezuela. Imposible predecir el desenlace que se dará el 7
de octubre próximo.
Para Cuba siempre será positiva la relación con Venezuela y el resto de
América Latina. La cuestión radica en el empeño castrista de favorecer
en América Latina a un régimen policial/militar como el que impera en
Cuba. Históricamente, desde 1959, en el continente se vive ese forcejeo
entre las fuerzas democráticas y las fuerzas inspiradas por las
remanencias de la cultura imperial/autoritaria, aliñada de marxismo
leninismo, que conforman el castrismo.
Saavedra: Hola, ante todo agradecerle por la oportunidad de compartir
este espacio con Ud. En caso que de produzca el deceso de Chávez,
producto de una enfermedad de la cual 'oficialmente se sabe poco', ¿cómo
imagina usted la Venezuela post-Chávez? ¿Cree que el proyecto
bolivariano tenga la suficiente fuerza como para sobrevivir a muerte de
su líder? En caso de no poder seguir en el poder (Chavez o sus
seguidores) y ocupar el gobierno la oposición, actualmente liderada por
Capriles, ¿cómo cree que se comportarán las relaciones entre Venezuela y
Cuba?
En un posible cambio de gobierno no creo que se suspendan las relaciones
comerciales entre Cuba y Venezuela. Indudablemente que cambiará la
naturaleza de las mismas. Es de esperar que, en lugar de constituir una
complicidad con rasgos de mafia, cobren un carácter institucional. Creo
que ambos países ganarían en ese sentido.
Augusto: Como conocedora de Venezuela y los venezolanos, ¿qué imagen
cree que quede de los cubanos en su país?, ¿los quiere la gente, como
nos dice la prensa bolivariana y castrista? ¿Han hecho bien? Y en ese
caso, ¿qué hay de las imágenes que salieron hace poco de ciudadanos
venezolanos abucheando a un grupo de cubanos recién llegados al
aeropuerto de Maiquetía?
Augusto, Venezuela ha sido siempre un país que ha brindado acogida a los
extranjeros y nunca ha manifestado xenofobia, pese a la gran cantidad de
inmigrantes que se han asentado en el país, en particular después de la
II Guerra Mundial. En relación al nacionalismo que por razones
históricas anima a los cubanos, el de los venezolanos es un nacionalismo
más bien tibio. En otros países (Angola, Nicaragua, Chile bajo el
gobierno de Allende) la presencia cubana no era bien vista y los cubanos
recibían gestos de rechazo.
En Bolivia han quemado banderas de Venezuela y los funcionarios
venezolanos miembros del personal diplomático han sufrido más de un
gesto de rechazo por parte de la población, indignada por el
intervencionismo venezolano. Los cubanos, pese al papel esencial que
juegan en el gobierno de Evo Morales, observan una rigurosa discreción.
La experiencia histórica obliga.
En Venezuela, pese a la actitud de clara intervención del personal
cubano, no suceden actitudes violentas en su contra. Lo que no quiere
decir que los venezolanos no sientan la humillación que ello significa,
lo que hace imprevisible su reacción, en algún momento de tensión.
L.A.I.: ¿Hasta dónde, y desde cuándo, está metida la Seguridad del
Estado cubana en Venezuela? Y, si me permite una segunda pregunta: ¿qué
cree que hará La Habana ante un agravamiento terminal de la enfermedad
de Chávez o una derrota electoral? Gracias.
La Seguridad del Estado está presente en todos los ámbitos de lo que
queda de institucionalidad en Venezuela. La propia seguridad de Chávez
está enteramente en manos de personal cubano. Y como dije antes, están
en manos de personal cubano las aduanas, la seguridad en los
aeropuertos, el registro civil, la cedulación, el Estado Mayor de las
Fuerzas Armadas, los ministerios.
Lo que hará La Habana en caso de la desaparición de Chávez, como lo
expresé antes, se cree que lo tiene ya previsto y lo hará avalada por EE
UU y Brasil. El régimen cubano posee una gran experiencia en materia de
intervención y sabe adaptarse a los tiempos. Toma en cuenta el contexto
internacional y la negociación de sus futuras relaciones con EE UU.
Nunca le ha sido tan favorable a Cuba intervenir en un país como en
Venezuela, en donde le tocará jugar el papel de arbitro apaciguador,
resolviéndole un conflicto a EE UU y a los países fronterizos, en caso
de surgir una situación indeseada que convierta a Venezuela en una zona
de violencia incontrolable.
Cuba resolvería un conflicto a Colombia, debido a las relaciones de
Chávez con las FARC, y a las ingentes exportaciones hacia Venezuela,
rubro importante de su comercio exterior. Y también resolvería un
conflicto a Brasil, preservándole el tan desequilibrado, a su favor,
intercambio comercial con Venezuela.
Amén de a aquellos gobiernos que se ven favorecidos por el petróleo a
precio preferencial o regalado, o como en el caso de Nicaragua, que
logra pagar los salarios de los funcionarios públicos gracias a los
subsidios de Venezuela.
Rodrigo Soto: ¿Cuál es su postura ante la injerencista política de EE UU
en Venezuela y demás países del bloque bolivariano? ¿Qué cree que
pasaría si se descubriese un plan para asesinar a Obama por parte de
revolucionarios venezolanos, como mismo se han descubierto planes de
acabar con Chávez por fuerzas ayudadas por EE UU?
La injerencia política de EE UU se percibe muy poco; parecería casi
inexistente. Durante la legislatura de George W. Bush, Chávez lo
hostigaba y lo insultaba, al igual que a Condoleezza Rice, y no sucedió
nada. Durante un viaje suyo al interior del país, el embajador de EE UU
fue retenido todo un día por una turba instigada por el Gobierno, y no
pasó nada. El embajador nombrado por Obama no fue aceptado por el
Gobierno venezolano, tras la expulsión del anterior embajador, y no ha
sucedido nada.
En Venezuela no hay embajador de EE UU, sino un encargado de negocios.
En Bolivia, Evo Morales expulsó al embajador estadounidense y no pasó
nada. Ambos gobiernos, Venezuela y Bolivia, rompieron con la DEA, por lo
que el control sobre el tráfico de drogas con presencia estadounidense
ya no existe, y no ha pasado nada. Hoy Bolivia produce más droga que
nunca y Venezuela se ha convertido en la ruta impune de la exportación
de la droga hacia el Caribe, EE UU, Europa y hasta África.
Si existen fuerzas ayudadas por EE UU para "acabar con Chávez" y no lo
han hecho después de 14 años de éste en el poder, es porque esas fuerzas
deben ser demasiado débiles. Entonces el "imperio" no es tan poderoso
como se cree.
En cuanto a planes de asesinar a Obama por parte de lo que usted llama
revolucionarios venezolanos, son conjeturas que hasta ahora no se me
habían ocurrido. Trato de comprender el desarrollo de los momentos
históricos, y me inclino poco hacia las teorías del complot, pese a que
no ignoro la existencia de los mismos.
Jorge: Viendo la inscripción de Hugo Chávez en las elecciones del 7 de
octubre, me parece verlo muy hinchado y, como su enfermedad se ha
mantenido en secreto, mi pregunta es: ¿Qué probabilidades existen de que
Chavez, sabiendo que le queda menos de un año de vida, solo se presente
a las elecciones para dejarle bien amarrado el asunto al Gobierno
cubano? Si esto fuera cierto, ¿con qué mecanismos legales cuenta el
pueblo de Venezuela para, suponiendo que ganase las elecciones,
solucionar el problema si Chávez muere durante 2013?
Jorge, el grado de enfermedad real de Chávez se desconoce. Es muy
posible que el panorama que usted menciona sea el correcto. Si es así y
Chávez sale de nuevo electo presidente, y luego muere, según la
Constitución tomaría el mando el vicepresidente.
Scott Beinberg: Antes que nada, muchos saludos. Quisiera preguntarle
sobre el vínculo de ciertas redes académicas del primer mundo (EE UU y
Francia) con el chavismo y con Cuba. Me interesa especialmente los
debates que se dieron en torno a su trabajo sobre Rigoberta Menchú.
Sabemos lo importante que fue para profesores que están en la academia
norteamericana, especialmente John Beverley, quien es uno de los pocos
que sigue defendiendo el Gobierno chavista (y que la tilda a usted y a
Teodoro Petkoff de 'neoconservadores'), que va a Cuba supuestamente
manteniendo cierta posición crítica, y que en Venezuela tutoreó una gran
cantidad de profesores, muchos de los cuales son casualmente
simpatizantes del chavismo (pienso en Juan Antonio Hernández, que es
embajador en Qatar, en Luis Duno, en Fernando Arribas, y otros tantos).
Scott Beinberg, le agradezco su saludo y le reitero el mío. Esos
vínculos existen y en Francia constituyen un espacio de difusión de la
"revolución bolivariana", aunque en los últimos tiempos la figura de
Chávez ha decaído sensiblemente. En los más de 50 años de poder
totalitario el régimen cubano ha sabido tejer una red de admiradores
incondicionales y de agentes de opinión que ha puesto al servicio del
proyecto chavista.
La característica de estos activistas, que confunden vida académica con
activismo político, es la pasión que le despiertan los líderes
carismáticos, hacia los que profesan un afecto similar al de los
admiradores de Madonna o de Michael Jackson.
Basta un ejemplo: Oliver Stone y su pasión castrista.
Respecto a Rigoberta Menchú, en EE UU a mí me consideraron la
"antropóloga, blanca, de nacionalidad francesa" (crimen mayor), que hizo
hablar en la lengua del imperio a un "sujeto subalterno". Convirtieron
en una banalidad la complejísima historia de Guatemala. A Petkoff, no le
perdonan su oposición a Chávez y su denuncia de la dictadura castrista
desde posiciones de izquierda. Lo más notable es ver a estrellas como
Sean Penn u Oliver Stone, convertidos en verdaderos publicistas del
totalitarismo.
El Cronista: ¿Cómo es posible que Chávez haya convencido al pueblo
venezolano de que hay que sacrificarse y deshacerse de sus riquezas pues
es absolutamente necesario mantener el régimen dictatorial cubano? Los
cubanos no tenemos internet y no sabemos las noticias del mundo, pero
los venezolanos sí. ¿Es que en Venezuela no se enteran de lo que hacen
en Cuba con su dinero? ¿No saben que el dinero venezolano se está usando
para mantener a policías, políticos corruptos, represores, esbirros,
espías y caprichos de un grupúsculo de dirigentes que solo procura
mantenerse en el poder?
El pueblo venezolano puede estar convencido de muchas cosas, puede hasta
profesarle admiración a Chávez, pero de lo único que no se puede
convencer a un venezolano, de cualquier clase social que provenga, es
que sacrifique o renuncie voluntariamente a su nivel de vida.
Precisamente las centenas de movimientos sociales que cada día estallan
en Venezuela se deben a la falta incomprensible de alimentos, a los
apagones inexplicables en un país petrolero. La frase que más se escucha
es la de "ya basta de la regaladera de dinero" a los extranjeros.
La política de compra de adhesiones políticas de gobiernos afines o no,
no es nada popular en Venezuela.
http://www.diariodecuba.com/participa/entrevista/elizabeth-burgos-un-cambio-de-gobierno-en-venezuela-no-suspenderia-las-relacion
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