Sunday, August 23, 2015

La mortalidad infantil en Cuba - Un mito bajo la lupa

La mortalidad infantil en Cuba: Un mito bajo la lupa
- La mortalidad infantil se utiliza como indicador para medir el
desarrollo de un país
- Investigador encuentra discrepancia en las tasas de mortalidad fetal
tardía y la mortalidad neonatal precoz reportadas en la isla
NORA GÁMEZ TORRES
ngameztorres@elnuevoherald.com

La baja tasa de mortalidad infantil ha sido uno de los indicadores
esgrimidos a nivel internacional para demostrar la calidad de la salud
pública cubana, pero un investigador de la Universidad de Carolina del
Norte concluye en un nuevo reporte que el número de bebés muertos
pudiera ser casi el doble y hasta el triple de las cifras oficiales.

El economista Roberto M. González concluye en su artículo –publicado en
Cuban Studies, la más importante revista científica de estudios cubanos–
que la tasa de mortalidad infantil reportada por Cuba "no parece muy
confiable".

Cuba se precia de mantener sus índices de atención médica comparables a
los de países de altos estándares de vida. En la foto, mujeres
embarazadas en el hogar especial Leonor Pérez de La Habana. Javier
Galeano AP
La tasa oficial de mortalidad infantil cubana en el 2014 fue de 4.2
muertes por cada mil nacidos vivos, entre las mejores del mundo y más
baja que la de EEUU.

Al analizar en detalle las cifras oficiales y contrastar las tasas de
mortalidad fetal tardía y la mortalidad neonatal precoz entre 1987 y el
2010, González –quien hace un doctorado en Economía en la Universidad de
North Carolina en Chapel Hill– encontró una "profunda discrepancia"
entre ambas cifras: la mortalidad fetal es mucho mayor que la neonatal,
lo cual según el autor, es "inusual", pues los países con bajas tasa de
un tipo también exhiben bajas tasas del otro.

Al comparar estos datos con los de 25 países europeos, con los que Cuba
usualmente se compara por su baja tasa de mortalidad infantil, la
diferencia entre ambas tasas es un valor atípico que se aleja de la
desviación media observada en esos países.

La explicación más probable, alega González, es que existe "un
subregistro sustancial" en las cifras de muertes de recién nacidos en
Cuba debido a una clasificación incorrecta de las muertes de recién
nacidos como muertes ocurridas en las últimas semanas de la gestación o
durante el parto.

Aunque el investigador no descarta que el subregistro de las muertes de
bebés recién nacidos se deba a los errores de los médicos al clasificar
las muertes, señala que esto es más probable en países donde los
especialistas de la salud tienen poco entrenamiento, que no es el caso
cubano.

González, no obstante, llama la atención sobre la detección de esta
misma tendencia en la antigua Unión Soviética y la existencia de un
incentivo para que las autoridades pudieran estar alterando las cifras:
mientras la mortalidad neonatal precoz es un componente de la tasa de
mortalidad infantil –uno de los barómetros que utilizan los organismos
internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) para
medir el desarrollo de un país–, la mortalidad fetal tardía no lo es.

Consultado por el Nuevo Herald, el doctor Eduardo Bancalari, neonatólogo
del sistema de salud de la Universidad de Miami, señala que esta alta
tasa podría deberse a los abortos en las últimas semanas de embarazo de
fetos con anomalías congénitas o, precisamente, a la clasificación
equivocada de las muertes de estos infantes cuando fallecen a los
primeros días de su nacimiento.

González presenta un método para ajustar estas estadísticas a cifras más
probables. Por ejemplo, en el año 2004, que es el caso presentado en el
artículo, las autoridades cubanas reportaron una mortalidad neonatal
precoz de 2.13 por cada mil nacidos vivos y una mortalidad infantil de
5.79 en contraste con una mortalidad fetal tardía de 13 muertes por mil
nacidos vivos – cifra similar a la reportada en 1973, que fue de 12.7.

Después de corregir las cifras, la mortalidad neonatal podría ser hasta
tres veces mayor (7.51) y la mortalidad infantil podría estar en un
rango entre las 7.45 y 11.16 muertes por cada mil nacidos vivos.

Ello implica que la mortalidad infantil en Cuba, si bien baja, podría no
ser tan diferente de la de otros países latinoamericanos como Chile y
Costa Rica, que ese mismo año reportaron tasas de 8 y 9.4 muertes por
cada mil nacidos vivos, respectivamente. Además, ya no estaría a la par
de las tasas alcanzadas en países desarrollados de Europa y Norteamérica.

Según la profesora de la Universidad de Oklahoma, Tassie Katherine
Hirschfeld, –especialista en antropología médica y quien realizó
entrevistas a doctores y vivió nueve meses con una familia cubana– los
resultados de este estudio se corresponden con sus propias observaciones
sobre este tema.

Hirschfeld también se refirió al aborto tardío en casos de embarazos de
"alto riesgo" como un posible método para mantener la tasa de mortalidad
infantil baja en la isla.

La profesora advirtió que "el gobierno cubano ha intentado estructurar
el cuidado de salud para expandir su reputación internacional", por lo
que que las estadísticas oficiales reportadas por Cuba "no deben ser
aceptadas acríticamente". Asimismo comentó que organizaciones como la
Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Organización Panamericana de
la Salud (OPS) suelen utilizar los datos aportados por los propios
gobiernos de las naciones.

Un especialista en estadísticas de salud de la OPS no contestó a la
petición de comentario sobre la validación independiente de estas cifras
pero el reporte del 2014 de los indicadores básicos de salud en la
región—publicados en el sitio web de la OPS—, indica que la tasa de
mortalidad infantil es reportada por el país.

El hecho de que el estudio aparezca en el más reciente número de Cuban
Studies, una revista que ahora se edita desde la Universidad de Harvard
y que cuenta con un sistema de revisión independiente (blind peer
review), confiere credibilidad a un estudio con un tema de por sí,
controversial.

"Siempre se ha hablado de mortalidad infantil como un tema político.
Este artículo cuestiona la metodología y los posibles errores" en el
cálculo y publicación de estas cifras, señala el editor de la revista,
Alejandro de la Fuente, historiador cubano y director del Afro-Latin
American Research Institute en Harvard.

"La revista no huye de los temas polémicos, los abraza y les quiere dar
espacio, pero deben ser tratados desde una perspectiva académica, basada
en investigación", destaca De la Fuente

En el 2014, según fuentes oficiales, Cuba mantuvo la misma tasa de
mortalidad infantil que en el 2013: 4.2 muertes por cada mil nacidos
vivos, "la más baja de su historia", destacó el diario Granma. La CIA y
la Organización Mundial de la Salud (OMS), citan las estadísticas
oficiales que ponen a Cuba por debajo de Estados Unidos en cuanto a la
mortalidad infantil – EEUU reportó una tasa de 5.90 para el 2013.

Luego de alcanzar un pico en la década del 60 con una tasa de 46.7
muertes por mil nacidos vivos, la mortalidad infantil comenzó a decrecer
a partir de 1971 y continuó en descenso incluso durante los años 90,
cuando el país se sumió en una profunda crisis económica.

El Ministerio de Salud Pública ha desarrollado programas de control a
las mujeres embarazadas que incluyen diagnósticos de anomalías
congénitas y otras enfermedades asociadas al embarazo y ha ido
perfeccionando la cirugía neonatal en el país, según explicó el doctor
Roberto Álvarez Fumero, jefe del Departamento Materno Infantil del
Ministerio de Salud Pública de Cuba a Granma.

Sin embargo, ni la mortalidad materna o la mortalidad fetal tardía han
experimentado el espectacular descenso que ha tenido la mortalidad
infantil en los últimos años.

Puede seguir a Nora Gámez Torres en Twitter: @ngameztorres

SE RENUEVA EL JOURNAL DE ESTUDIOS CUBANOS
El hecho de que el estudio aparezca en el más reciente número de Cuban
Studies (el número 43), una revista que ahora se edita desde la
Universidad de Harvard y que cuenta con un sistema de revisión
independiente (blind peer review), confiere credibilidad a un estudio
con un tema de por sí, controversial.

"Siempre se ha hablado de mortalidad infantil como un tema político.
Este artículo cuestiona la metodología y los posibles errores" en el
cálculo y publicación de estas cifras, señala el editor de la revista,
Alejandro de la Fuente, historiador cubano y director del Afro-Latin
American Research Institute en Harvard.

"La revista no huye de los temas polémicos, los abraza y les quiere dar
espacio, pero deben ser tratados desde una perspectiva académica, basada
en investigación", destaca De la Fuente.

La publicación se define como multidisciplinaria y el número también
incluye artículos sobre las distintas olas migratorias de cubanos y su
diferente inserción en los Estados Unidos; un dossier sobre
historiografía cubana y un análisis del último proyecto del antropólogo
estadounidense Oscar Lewis en Cuba, quien fue acusado por Raúl Castro de
"espionaje".

Luego de un proceso de reorganización, la revista estrena un nuevo
equipo editorial, incluye una sección de reseñas de libros—a cargo de la
profesora Lillian Guerra en la Universidad de la Florida y el
historiador Reinaldo Funes desde Cuba—y mantiene las contribuciones de
autores que residen en la isla, quienes deben pasar por el mismo proceso
de revisión que los demás académicos.

"Hoy en día la revista rechaza un cuarto de los artículos que llegan",
señala de la Fuente.

Actualmente, la revista cuenta con un grupo de académicos jóvenes que
colabora con la publicación desde Cuba, explica el profesor, y no
descarta que en el futuro, Cuban Studies pueda editarse en la isla.

La fundación de la revista se remonta a 1970, cuando comenzó a editarse
como boletín bibliográfico sobre las investigaciones que se realizaban
sobre el tema cubano, explica uno de sus fundadores, el economista y
profesor Carmelo Mesa Lago.

Mesa Lago, que estuvo muchos años al frente del equipo editorial desde
la Universidad de Pittsburgh, valora que la publicación fue "muy
influyente porque sentó un tono diferente al debate" sobre Cuba, basado
más en el análisis y la investigación y menos en las opiniones
políticas. "Creo que llegó a influir también en la manera de escribir en
Cuba", asegura.

Source: La mortalidad infantil en Cuba: Un mito bajo la lupa | El Nuevo
Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article31938567.html

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