Liberalización de las tierras ociosas I
Martes, 29 de Noviembre de 2011 01:47
Antonio Rodiles
Liberalización de las tierras ociosas y propiedades ruinosas: un paso
necesario para iniciar un proceso de recuperación I
El siguiente artículo constituye un primer acercamiento a un tema que
será crucial en el presente y futuro de Cuba, la propiedad. Esta
propuesta inicial forma parte de un estudio, en el que contribuyen un
grupo de especialistas y conocedores del tema.
Introducción
La economía centralizada y planificada está íntimamente relacionada con
la propiedad estatal. Para que un proceso de descentralización económico
pueda tener resultados satisfactorios, debe ser paralelo a uno de
descentralización de la propiedad.
A raíz de la seria crisis económica que enfrenta nuestro país,
especialmente en la producción de alimentos, el gobierno cubano ha
iniciado un proceso de entregas de tierras en usufructo con el objetivo
de incentivar la producción agrícola [1]. Sin embargo la respuesta no ha
sido la esperada, entre otras razones porque muchos productores
desconfían de la oferta de trabajar una tierra que no es suya y que
puede ser retirada en cualquier momento. Por otra parte, resulta muy
lamentable que el Estado cubano haya preferido importar miles de
millones de dólares en productos agrícolas, en vez de proporcionar
mayores incentivos y libertades a los productores nacionales.
La entrega de tierras en usufructos se establece bajo un régimen de
discrecionalidad y gran incertidumbre, como podemos ver reflejado en
algunos artículos del Decreto ley 259 [1]:
ARTÍCULO 6.-El área a entregar a cada usufructuario, bien sea persona
natural o jurídica, se determina según las posibilidades de fuerza de
trabajo, de recursos para la producción, el tipo de producción
agropecuaria para el que se van a destinar las tierras y la capacidad
agroproductiva de los suelos.
ARTÍCULO 14.-La extinción del usufructo concedido a personas naturales
procede por las causas siguientes:
c) por incumplimiento continuado de la producción contratada, previo
dictamen de los especialistas;
f) por actos que contravengan el fin por el que se otorgó el usufructo;
h) revocación por causas de utilidad pública o interés social,
expresamente declarada por Resolución del Ministro de la Agricultura o
instancias superiores del Gobierno;
Recientemente el Consejo de Ministros aprobó la compra venta de casas y
otras medidas relacionadas con la propiedad [2]. Estas medidas han
quedado muy por debajo de las expectativas pues en la forma concebida no
constituirán una nueva forma de generar riquezas y empleo. Igualmente en
fechas recientes, en otra sesión del Consejo de Ministros, se mencionó
la posibilidad de rentar algunos locales a microempresarios [3], pero no
se explicó bajo qué condiciones, ni cuándo comenzaría dicho proceso.
Entre el escenario urbano y el rural de nuestro país existen grandes
similitudes. La Habana no está llena de marabú, pero sí de miles y miles
de propiedades y terrenos en estado ruinoso. En el mejor de los casos se
han limpiado estos espacios "construyendo" parques poco estéticos o
parqueos de bicicletas y motos, en el peor se han convertido en
basureros [4]. El Estado alega falta de recursos para emprender obras de
restauración y construcción del fondo de viviendas o infraestructura,
sin embargo estos espacios constituyen un capital congelado
desperdiciado que debe ser cuanto antes entregado a los cubanos, para su
explotación a plenitud. Si sumamos a esto las tierras ociosas, tendremos
un amplio número de propiedades urbanas y rurales a la espera de cumplir
su función social, lo cual resulta irracional después de largos años de
una profunda y sostenida crisis.
Debería iniciarse cuanto antes un proceso de liberalización de la
propiedad, que contemple no solo las tierras ociosas sino también los
terrenos y propiedades urbanas. Es fundamental terminar con las
ambigüedades respecto al carácter de la propiedad, pues esto sólo genera
más ineficiencia y corrupción; las propiedades necesitan dueños reales.
Si bien las categorías de usufructuarios y arrendatarios pueden existir,
no deben por ninguna razón ser la base de nuestra estructura económica.
La existencia de un marco legal que sustente la propiedad privada es una
condición necesaria para que una economía ofrezca oportunidades reales a
todos sus participantes.
Este artículo analiza primeramente los diferentes métodos de
liberalización de la propiedad que se implementaron en otros países,
propone un programa de subasta que ponga al servicio de los cubanos
recursos que se encuentran congelados y que serian de extrema ayuda en
el presente, refiere el entorno económico que debe acompañar dichas
transformaciones y muestra algunas conclusiones.
Experiencias foráneas sobre el proceso de liberalización de la propiedad
y su posible aplicación en Cuba
Un proceso de liberalización de la propiedad tocará sin lugar a dudas
fibras muy sensibles de la nación cubana, dentro y fuera de la Isla, por
esta razón, deben analizarse cuidadosamente factores y circunstancias
del pasado y del presente para lograr un mayor consenso. Aunque es
necesario hacer un análisis profundo del tema de la propiedad referido a
empresas del Estado, en este trabajo solo se aborda el caso de las
tierras ociosas y propiedades ruinosas.
En múltiples países durante las últimas décadas ocurrieron procesos de
liberalización de la propiedad, algunos con resultados muy alentadores,
mientras en otros predominó la corrupción, el nepotismo y el
clientelismo. En la antigua Unión Soviética, el proceso de
liberalización de la propiedad creó un gran descontento y desilusión
dentro de la población, al advertir que muchos miembros de la vieja
élite gubernamental e individuos deshonestos se convertían en los nuevos
millonarios.
Es muy importante comprender las problemáticas que han aparecido en
experiencias previas y valorar las mejores opciones para nuestro caso.
En países de Europa del Este, China y Vietnam se aplicaron diversos
mecanismos, entre los más populares se encuentran:
1) Restitución o compensación
2) Venta al público
3) Venta a empleados
4) Ventas en masa
Como primer paso es imprescindible crear las instituciones y reglas que
conduzcan este complejo proceso. Para impulsar una economía en ruinas,
como la nuestra, es esencial garantizar un régimen de propiedad
legítimo. Esto no será posible si no se implementa antes un sistema de
restituciones o compensaciones a muchos propietarios que perdieron sus
bienes debido a injustas confiscaciones.
¿Cómo se comportó el proceso de reclamaciones en países de Europa del Este?
"En la Alemania del Este dos millones de reclamaciones fueron
presentadas, abarrotando las cortes por años y deteniendo miles de
proyectos constructivos y empresas debido a la incertidumbre de las
reclamaciones legales. Algunas restituciones ocurrieron en la mayoría de
los países de Europa Central, particularmente de tierras y bienes
raíces, mientras fueron evitadas las restituciones de medianas y grandes
empresas" [5].
En Hungría la ley no ofreció restituciones, usando principalmente las
compensaciones a través de bonos del gobierno que podían ser usados para
adquirir acciones en las empresas estatales vendidas [6].
Polonia por ejemplo prefirió las compensaciones sobre las restituciones.
Los polacos residentes en el exterior son elegibles para restitución o
compensación en la forma de bonos estatales solo si ellos adoptaban la
ciudadanía polaca, y retornaban a Polonia permanentemente para
administrar las empresas y/o tierras recuperadas [7].
Cada país posee sus propias características, en nuestro caso es muy
importante valorar el gran déficit en el fondo habitacional y la
carencia de capital de la mayoría de la población cubana, para
participar en un proceso de compra. La cuestión no es solo liberalizar
la propiedad, principalmente las propiedades ruinosas y subutilizadas,
sino que este proceso realmente reporte un claro beneficio al
crecimiento económico del país.
La experiencia de otros países nos dice que estas ventas culminan en un
período corto, pues la población se percata que esta sería la única vía
de obtener propiedades a precios relativamente baratos.
Analicemos con más detalles cada uno de los métodos de privatización y
veamos cómo podrían operar en nuestro caso.
1) Restituciones o compensaciones
2)
El tema de las restituciones en nuestro país es polémico e ineludible.
Durante años ha existido una gran controversia alrededor de las
reclamaciones y devoluciones de las propiedades a los dueños anteriores
al año 1959. Poco a poco aparecen algunos consensos que arrojan luces en
un punto tan sensible y delicado.
Pudiéramos separar estas reclamaciones en dos grupos. La primera
referida a las propiedades que actualmente están habitadas por familias
y la segunda el de las propiedades que permanecen en manos del Estado.
Como señala el Prof. Antonio Jorge:
"el derecho de ocupación permanente para propiedades residenciales
urbanas debiera reconocerse a favor de los ocupantes o residentes actuales".
"No obstante, los anteriores dueños, como en el caso de otras formas de
propiedad, debieran ser compensados" [8].
En el mismo sentido coincide Teo A. Babún:
"Afortunadamente, la mayoría de los grupos expatriados han reconocido
que la restitución de los domicilios o propiedades residenciales no es
viable. La discusión puede ser restringida a las propiedades no
residenciales".
"Moviéndonos fuera de las restituciones, simplemente significa que
cualquier litigio estaría limitado a temas concernientes a la validez y
cuantía del valor de las pérdidas, y su compensación, si esta procede" [9].
El economista Oscar Espinosa Chepe recomienda:
"En lo que respecta a las restituciones de propiedades a los antiguos
dueños, consideramos que la realidad cubana aconseja métodos distintos.
En primer lugar, en el caso de las viviendas somos partidarios del
otorgamiento masivo de la propiedad, con todas las responsabilidades
inherentes a los actuales usufructuarios onerosos, o sea a las personas
que hoy las disfrutan sin pagar alquileres"
"Acerca de los antiguos dueños, coincidimos en que desde el punto de
vista moral lo más justo podría ser la devolución de esas propiedades a
sus antiguos dueños, pero dado el tiempo transcurrido, las
transformaciones de esas propiedades, algunas ya inexistentes, la mejor
solución sería el pago de las mismas, que podría efectuarse en bonos
utilizables en la compra de propiedades licitadas" [10].
Por su parte el economista Jorge Sanguinetty considera:
"La restauración de los derechos de propiedad en Cuba tiene dos aspectos
ligados estrechamente, la restitución o compensación de viejas
propiedades a sus propietarios legítimos y la creación de nuevas
propiedades. Ambas partes del proceso representan los dos polos de la
recreación del sector privado de la economía que incluiría la apertura
de nuevos negocios y la privatización de las inversiones estatales
creadas por el gobierno revolucionario y que nunca fueron privadas" [11].
"Este es un problema de suma complejidad que requiere idealmente una
buena preparación previa y una gran capacidad administrativa y ejecutiva
que permita la resolución rápida de las reclamaciones pendientes. Si
este problema no se resuelve, la recuperación de la economía cubana
puede llegar a demorarse significativamente pues no se creará el
ambiente adecuado para atraer nuevas inversiones necesarias para ampliar
las capacidades productivas del país y reactivar su economía" [11].
"Un grupo de propiedades que presenta una problemática especial es el de
bienes raíces urbanos, especialmente inmuebles que se utilizaban para
alquiler de viviendas o para la vivienda directa de sus dueños y que hoy
están ocupados por otras familias o inquilinos individuales. Es obvio
que el gobierno de transición no podrá poner a todas esas personas en la
calle en el momento en que se hace cargo de una economía depauperada y
endeudada, por lo tanto una de las soluciones a ser contempladas para
reconocer los derechos de propiedad de los antiguos propietarios es el
de brindarles instrumentos de deuda, bonos o certificados de exención
tributaria negociables en mercados financieros" [11].
Las compensaciones son un método muy útil, mediante el cual el gobierno
puede resarcir el daño a muchos de los propietarios originales. Es
evidente que en nuestro país este método no podrá ser ejecutado con
brevedad dada la seria limitación económica en que vivimos. Sin embargo,
a medida que la economía cubana comience un período de apertura
existirán mayores oportunidades para realizar dichas compensaciones
3) Ventas al público
La venta directa busca dos objetivos fundamentales. Primero, incrementar
los ingresos estatales que en la actualidad están fuertemente
deprimidos. Segundo, obtener de manera inmediata inversionistas que
posean el interés de echar a andar estos bienes subutilizados, es decir
el "know how".
Es importante valorar que los cubanos residentes en la Isla no poseen el
capital suficiente para comprar las propiedades al precio real. Como en
el momento de las ventas existirá una gran oferta para poco capital, los
precios no deben alcanzar niveles muy altos, posibilitando que muchos
ciudadanos puedan convertirse en propietarios de nuevos espacios.
En esta modalidad es fundamental contemplar el tema de la corrupción. En
el antiguo bloque socialista los extranjeros y otros compradores de
capital dudoso, como oficiales corruptos, organizaciones criminales y
nuevos "hombres de negocios", poseían las mayores sumas de dinero para
participar en dichas ventas.
Otro tema importante es el de la eficiencia del proceso, pues el
procedimiento de venta nunca debe reportar más pérdidas que ganancias a
las instituciones del gobierno. La agencia de tasación que creó el
gobierno alemán recolectó 50 billones por concepto de ventas y no gastó
menos de 243 billones en el proceso de privatización [5]. En ese caso
las ventas fueron fuertemente concentradas en los empresarios occidentales.
4) Ventas a empleados
La venta de la espacios comerciales y de servicios a empleados a precios
preferenciales es una opción que resulta a priori atractiva. Sin embargo
puede crear serios problemas de corrupción, en especial cuando los
gerentes o directivos están asociados a algún grupo de poder que les
permita obtener a éstos beneficios personales.
Desde el punto de vista político esta variante resulta popular entre la
población. Sin embargo existen también algunas desventajas, pues las
empresas suelen presentar una dirección deficiente, ya que las nuevas
condiciones de una economía de mercado difieren radicalmente de las de
una economía centralizada y planificada. Los derechos de propiedad se
pueden volver difusos y pueden ser usurpados por los directivos.
En algunos países este fue administrativamente un método rápido de
venta, pues de lo contrario los trabajadores y directivos bloqueaban el
proceso.
Existen diferentes posibilidades, como la aplicada en Rusia, donde se
les dio un 20% de las acciones a los directivos y un 40% a los
empleados, el otro 40% se vendió en forma directa [5].
5) Ventas en masa
Este método se implementa a través de la repartición de bonos o
"vouchers", de forma gratuita o con un precio nominal, que pueden ser
canjeados por acciones de las empresas y propiedades vendidas. Permite
ventas de forma rápida, no solo de medianas sino también de grandes
empresas, y ofrece la posibilidad a los ciudadanos de convertirse en
nuevos propietarios, por lo cual tuvo gran aceptación.
Esta forma de liberación lograba una mayor distribución que la venta
directa. Sin embargo, debido a lo disperso de la propiedad aparecieron
obstáculos en la dirección y manejo de las empresas.
En países como la República Checa se crearon fondos de inversión, los
cuales permanecían aún muy ligados a los bancos propiedad del Estado
haciendo nulo, en buena medida, el resultado final del proceso.
Continuará...
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