Friday, November 18, 2011

En funcionamiento cable submarino que conecta a Cuba y Venezuela

En funcionamiento cable submarino que conecta a Cuba y Venezuela
Última actualización Thursday, 17 November 2011
Por JOSE REMON*

- El esperado cable submarino de fibra óptica que conecta a Cuba y
Venezuela está ya totalmente probado y brindando servicios a selectas
entidades de ambos gobiernos, a pesar del secretismo que rodea su
funcionamiento.

Barco Ile de Batz, que transportó el cable hasta la playa Siboney, en
Santiago de Cuba.

El cable -financiado por el gobierno de Hugo Chávez a un costo de $70
millones de dólares- pasó todas las pruebas de aceptación inicial a
mediados de agosto y desde entonces presta servicios a limitados
organismos gubernamentales, según confirmaron fuentes del sector
tecnológico desde la isla.

¿Una institución beneficiada hasta ahora? El Ministerio del Interior de
Cuba (MININT).

La Empresa de Telecomunicaciones Gran Caribe, responsabilizada con la
ejecución del proyecto, y las autoridades de la Empresa de
Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) habían informado previamente que el
cable entraría en funciones en julio, pero hasta el momento no ha habido
ningún pronunciamiento sobre el asunto.

La puesta en funcionamiento del cable ha estado también salpicada por un
escándalo de malversación y corrupción que compromete a altos
funcionarios de ETECSA, muchos de ellos suspendidos y sometidos a una
investigación policial.

Sin una inauguración oficial y en medio de un proceso de reevaluación de
su alcance y perspectivas inmediatas, el cable identificado como ALBA-1
se mantiene casi como un secreto de Estado, pues su puesta en servicio
desmantelaría una buena parte de las versiones oficiales acerca de las
limitaciones de acceso y sobre todo rapidez de la internet cubana.

Tres mil veces más rápido

La velocidad de transmisión del cable es de 320 Gigabytes, lo que
significa tres mil veces más capacidad de conexión que la que tiene Cuba
actualmente.

Las inversiones necesarias en la infraestructura principal que enlaza la
estación de amarre del cable en Santiago de Cuba con la red troncal y de
ahí a la Habana están ya hechas. Las limitaciones para expandir su
acceso al público son más bien políticas que tecnológicas, aunque hay
temas como el mantenimiento del cable en su parte marina que permanecen
aún sin resolverse.

Con una longitud total de 1,600 kilómetros, el cable reposará en el
fondo marino en la mayor parte de su trayecto, beneficiándose de que no
existen corrientes de agua que lo muevan de su trazado original. Solo
fue enterrado en algunos puntos estratégicos para mantenerlo fijo.

Pero no es menos cierto que subsisten problemas vinculados al cable como
el hecho de que Cuba no es miembro del ACMA (Atlantic Cable Maintenance
Agreement), lo que dificulta la garantía de mantenimiento de un cable
sin ruta alterna.

Los países miembros de ese acuerdo internacional, incluido Venezuela,
cuentan con barcos específicamente proyectados y situados para
solucionar interrupciones en mares y puntos de acceso, pero según las
leyes del embargo cualquier embarcación que entre en aguas cubanas no
puede tocar puertos norteamericanos en seis meses ha causado
preocupación entre los servidores.

La inmensa mayoría de los cables del área tocan uno o más puntos bajo
jurisdicción de Estados Unidos.

Con mucha cautela

De todas formas, el gobierno tiene que moverse con cautela sobre el tema
por razones no tecnológicas: ¿cómo explicarles a los blogueros como
Yoani Sánchez y a las personas que tratan de conectarse a internet que
el servicio seguirá costando $7 dólares desde un hotel? ¿cómo justificar
entonces ante los estudiantes universitarios de que los accesos
universitarios siguen siendo lentos y limitados?

Precisamente hoy Yoani Sánchez mostró sus dudas e inconformidad sobre
la situación en un Twitter enviado desde La Habana. "Cable instalado ya
e/ Cuba y Venezuela pero no operativo. Algunos especulan problemas
técnicos, otros hablan de 'miedo' a Internet", escribió la bloguera.
"Nos prometieron que ya para esta fecha el cable de fibra óptica desde
Venezuela nos daria Internet… era mentira!".

Cuba ha reiterado desde el comienzo que priorizará la conexión a la red
de manera organizada para garantizar un "uso social" de las ventajas del
cable, lo que constituye una advertencia poco solapada del control
gubernamental que regirá sobre este proyecto.

Es oportuno señalar que ya se encuentran en Cuba las réplicas y el
control de las bases de datos de las cédulas de identificación y voto de
Venezuela, así como los servicios de pasaporte, lo que permitirá la
emisión, registro, actualización y comprobación de tan significativos
servicios. Y es como para que las aduanas del mundo comiencen a
preocuparse cada vez que vean un pasaporte venezolano.

En resumen, todo parece indicar que la población cubana va a continuar
esperando ante la reticencia de un régimen empeñado en mantener un
férreo control de la información.

* José Remón es Ingeniero Eléctrico en Telecomunicaciones. Trabajó en el
Ministerio de Comunicaciones de Cuba por 25 años. A partir de 1979, se
vinculó a las comunicaciones internacionales con la instalación de la
primera estación de satélite de Intelsat. Fue Gerente de Servicios
Internacionales y, desde 1988, participó activamente en las
negociaciones con compañías de Estados Unidos, supervisando la
administración de las cuentas internacionales. Es autor del estudio que
permitió llegar al acuerdo de las tarifas entre Cuba-EEUU en 1992.
Reside en Miami desde 1994. Laboró en el despliegue de un cable
submarino de fibra óptica que conectó a 10 países de América del Sur con
EEUU. Actualmente es consultor de Telecomunicaciones.

http://cafefuerte.com/2011/11/17/en-funcionamiento-cable-submarino-que-conecta-a-cuba-y-venezuela/

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