"Desestatalizando" la economía del neocastrismo
El Estado totalitario se sigue desprendiendo de actividades productivas
Eugenio Yáñez, Miami | 23/11/2011
En los últimos años la problemática cubana se está caracterizando por un
curioso fenómeno: el régimen neocastrista anuncia que llevará a cabo
determinadas acciones, a lo que de inmediato responden una parte de los
exiliados y los disidentes en la Isla que eso no cambia nada ni
resolverá nada.
Posteriormente, cuando se comienza a aplicar lo que se anunció, son
muchos los que no relacionan el anuncio previo con las acciones que
comienzan a llevarse a cabo, y no le dan la importancia que merece a lo
que está sucediendo, pero cuando algunos destacamos lo novedoso de la
situación, no faltan supuestos "expertos" sobre el tema cubano deseosos
de considerarnos "raulistas" o, en el mejor de los casos, despistados.
Ya sucedió con las autorizaciones de compraventa de vehículos y
viviendas: cualquiera sabe que eso no constituye ni la creación de un
mercado de automóviles y camiones, ni tampoco uno de bienes raíces. Eso
no es lo más importante. Lo trascendente, y que demasiadas veces no se
ve, es que el reconocimiento de la propiedad privada de los cubanos
sobre vehículos y viviendas es una transformación sustancial y
prácticamente irreversible de los principios castristas que imperaron
durante medio siglo, y que negaban a los cubanos la posibilidad de
ejercer realmente la propiedad sobre bienes que, en realidad,
anteriormente disfrutaban malamente en usufructo. Y aunque no sea
—todavía— la creación de un mercado de esos bienes, constituye el
fundamento para su desarrollo en el futuro.
Las mismas cegueras de enfoques se dieron cuando se autorizó la
construcción y reparación de viviendas por vía privada y cooperativa, lo
que proclamó el funeral definitivo de las microbrigadas. Naturalmente,
sabemos que no existen suficientes materiales de construcción a
disposición de los cubanos, y que los precios de los mismos son
prohibitivos para la inmensa mayoría de la población. Pero, de nuevo, lo
trascendente es que el régimen renuncia a la utopía microbrigadista y
reconoce que la solución de los problemas de la vivienda depende de las
posibilidades constructivas, la disponibilidad de materiales de
construcción, y los recursos de cada persona, independientemente de las
pretensiones de Papá-Estado.
Ahora está sucediendo lo mismo con la "desestatalización" de la
economía, en la medida que el Estado totalitario se va desprendiendo de
actividades productivas que es incapaz de llevar a cabo con efectividad,
y mucho menos con eficiencia, y las va incorporando al sistema empresarial.
En pocos días hemos tenido continuas noticias sobre el mismo tema:
primero fue la información de que la actividad de barberías y
peluquerías ya no sería considerada un empleo estatal, sino actividad
privada o cooperativa. Posteriormente fue la creación del grupo
empresarial AZCUBA, a cargo en todo el país de las actividades que
anteriormente llevaba a cabo el ineficiente y burocrático Ministerio de
la Industria Azucarera (MINAZ).
Después vino la noticia de la autorización a los productores
agropecuarios de vender directamente a las empresas turísticas. La
información oficial, siempre distorsionada y cargada de eufemismos
—inadvertidos por los "expertos" y muchos corresponsales extranjeros en
la Isla— no lo mencionaba, pero era evidente y tangible que quedaba
"fuera del juego" la legendariamente ineficiente empresa estatal de
Acopio, y que los precios no se establecerían por directivas oficiales,
sino se negociarían en base a la oferta y la demanda, es decir, en base
al mercado.
¿Cuántos "principios irrenunciables" de la agricultura "socialista"
durante medio siglo de castrismo desaparecían con la publicación de esta
sencilla información, a la que no se le ha dado por los "expertos" —casi
como de costumbre— toda la trascendencia que tiene? Porque,
sencillamente, los productores venderán a los clientes —ya no tienen que
ser "usuarios"— que deseen, y a precios que se acuerden entre
productores y consumidores, dentro de un proceso donde los productores
competirán entre sí.
¿Que pasará cuando los productores no logren vender toda su producción a
las empresas turísticas? ¿Volverán al ineficiente Acopio estatal para
tratar de colocar esos sobrantes en las redes nacionales de consumo de
la población o de servicios comerciales? No parece inteligente ni
probable. Podríamos tal vez estar en el comienzo de la abolición de los
prehistóricos mecanismos monopolistas de acopio estatal que han imperado
durante medio siglo, con los fatales resultados que todos conocemos.
Finalmente, se acaba de informar que los servicios de correos en el país
se organizarán en un "grupo empresarial", que contará con empresas
provinciales, una Empresa de Mensajería y Cambio Internacional y otra de
Aseguramiento General, así como con una estructura de dirección para
todo el grupo. De manera que todo el servicio de correos se convertirá
en una actividad empresarial, y el Estado quedará para regular a través
de disposiciones generales y normativas.
Naturalmente, las posibilidades de éxito de todas estas nuevas
actividades empresariales dependerán de hasta dónde el Estado no se
inmiscuya realmente en la gestión empresarial, pero lo trascendente, una
vez más, es que se reconoce tácitamente que Papá-Estado no puede
administrar tales actividades: y lo que vale para la producción
azucarera, la agricultura, los correos, las peluquerías y barberías, o
la construcción de viviendas, puede valer, más temprano que tarde, para
todas las actividades de la economía.
Es cierto que este proceso puede facilitar "piñatas", donde agrupaciones
mafiosas controlen en el futuro todos esos recursos, pero eso no tiene
que ser necesariamente así ni hay que verlo como una maldición insoslayable.
Sin embargo, este proceso de "desestatalización" de la economía del
neocastrismo merece mucha más atención que la supuesta "investigación"
del decadente Fidel Castro sobre nuevos cultivos para "mejorar la
alimentación y la salud del pueblo", o las opiniones de Mariela Castro
sobre la administración y gestión de la prostitución en Holanda.
Al menos para mí. Aunque los "expertos" piensen otra cosa.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/desestatalizando-la-economia-del-neocastrismo-270836
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