La diáspora cubana ante las transformaciones económicas
Cuba necesita avanzar en el camino de la democratización antes de
abrirse a arriesgados experimentos económicos, considera la autora de
este artículo
Nadia García, La Habana | 12/04/2012 10:54 am
Con el reconocimiento de una diáspora diversa, generada por períodos
migratorios como el de los años 60 y el de los 90, y puntualizando las
marcadas dificultades para el acercamiento de la misma a la nación
cubana, como la política restrictiva del Gobierno de EEUU y las ausentes
reformas migratoria prometidas por el Gobierno cubano, el empresario
Carlos Saladrigas inició su análisis sobre la posible participación del
exilio en el quehacer económico de la Isla.
Saladrigas se sitúa dentro del "exilio histórico", y rompe de con el
llamado "exilio histérico" catalogándolo de incoherente, irresponsable e
intransigente. Su intervención viene a tratar de tender un puente entre
los cubanos en la Isla y el sector de la diáspora que ha concluido que
las políticas de aislamiento e injerencia que han pretendido un cambio
de gobierno solo han logrado afectar al pueblo cubano, y apuesta
entonces por generar en Cuba una sociedad civil diversa y profunda.
A tono con el lugar del encuentro (Centro Cultural Félix Varela), el
empresario hizo énfasis en la palabras pronunciadas por el Papa
relacionadas con la apertura de Cuba al mundo y del mundo a Cuba; llamó
a un diálogo respetuoso, trasparente y que mire al futuro, a partir de
la idea de que la trasformación del país es un gran rompecabezas donde
se puede decir que el Estado cubano ha puesto las primeras piezas con
las excarcelaciones y la suspensión de prohibiciones absurdas y que a
los cubanos emigrados les tocará poner también las suyas.
El intercambio, que se extendió aproximadamente por una hora y en el que
intervinieron representantes de la revista Espacio Laical, la Red de
proyectos Observatorio Crítico, la plataforma de periodismo digital
Voces, el proyecto Socialismo Participativo y Democrático (SPD) y el
Comité Cubano por la Integración Racial, entre otros, propició un mejor
acercamiento a las propuestas económicas que brinda el sector del exilio
al que representa Carlos Saladrigas.
El empresario mostró preferencia por la restauración del capitalismo ya
que este ha generado riquezas y progresos ante un socialismo estatizado
que ha demostrado solo que sus gobernantes son capaces de administrar la
pobreza. Entre sus consejos estuvo adoptar la economía de mercado, pues
no hay nada como esta para generar riquezas, llevar a cabo una apertura
económica y fomentar la inversión extranjera. Además insistió en las
posibilidades que tiene la diáspora para brindar conocimiento
empresarial para aquellos que quieran iniciar negocios e intentar
disminuir las tazas de fracasos.
Preocupaciones sobre las características del trabajo asalariado y las
relaciones económicas donde se distinguen inversores y empleados
estuvieron presentes en el debate. La posibilidad de que el exilio
participe en la economía nacional propiciando empresas cooperativas o
cogestionadas fue evitada por Saladrigas quien respondió que la Iglesia,
con sus valores, podría intervenir para evitar un capitalismo deshumanizado.
Finalmente, ¿en qué se diferencia los que propone este empresario de lo
que ha venido planeando el Estado cubano? No en mucho. Quizás en que
Saladrigas prefiere imprimirle mayor velocidad a los cambios y le parece
más productivo liberalizar un sector económico completo antes que
pequeñas secciones de varios. El señor Saladrigas se equivoca con sus
propuestas. Para él, la diáspora de China ha jugado un papel productivo,
y con esta frase nos anuncia que el exilio no desperdiciaría la
oportunidad de negociar con un Estado que pretende hacerse
económicamente más fuerte sin renunciar al totalitarismo. Y es que un
país más rico no es necesariamente un país más libre, como cree Carlos
Saladrigas, China es un claro ejemplo. Realmente no bastan las buenas
intenciones, la inexistencia de libertad de asociación, de expresión, de
sindicatos que respondan a los trabajadores y no a las administraciones
convierten a los cubanos de la Isla en una presa fácil frente a
cualquier empresario, cubano o no. Cuba necesita avanzar en el camino de
la democratización antes de abrirse a arriesgados experimentos
económicos, sino terminaremos teniendo demasiados daños colaterales, que
es la forma que ha elegido Saladrigas para llamarle al empeoramiento de
las condiciones de vida de de los sectores desposeídos.
No comments:
Post a Comment