Miércoles, 25 de Abril de 2012 05:32
Escrito por Paulino Alfonso Estévez
Cuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) Ya llegamos a la enésima
reunión del consejo ampliado de ministros, presidido por el presidente
designado en union de todos los vicepresidentes, que por su creciente
numero harán innecesario el cargo de ministro en la finca Castrolandia.
Esta reunión es para revisar los acuerdos acordados en la otra reunión
anterior donde se chequearon los anteriores acuerdos tomados en la
anterior... No sigo porque mi fuerte no es la literatura infantil.
Como no se tomó ningún acuerdo que significara la guillotina para
ninguno de los actuales e infelices ministros, quienes acuden a estas
reuniones con el cuello bien lavado, voy a dedicarle un rápido vistazo a
esta comedia montada mensualmente por el presidente designado a fin de
salir brevemente en la castro- televisión y una plana central en el
castro-periódico Granma.
¿Qué fue lo importante y trascendente que se trató en la enésima
reunión? Un estudio realizado por el rollizo Marino Murillo y sus
arranca-pescuezos de cuello blanco sobre la ineficacia -¡Oh milagro!-
del Ministerio de la Agricultura castrista y de los esfuerzos que se
habían realizado para salvarlo de esta amarga situación.
Pero no teman, como casi dije al comienzo de esta crónica, la sangre no
corrió. El actual ministro de Agricultura no ha cumplido un año todavía
en el cargo pero sin dudas ya esta buscando un puesto de director de
algo en la provincia Mayabeque.
¿Es necesario que yo explique aquí porque el Ministerio de la
Agricultura no funciona? Sin duda que no.
Esto comenzó 40 años atrás, el aciago día en que con los ojos anegados
en lágrimas y la voz afectada, el entonces bello y apolíneo efebo que
era Fidel Casiano le dijo al rebaño que lo prometido con los 10 millones
de toneladas de azúcar no se haría.
A partir de esa fecha, la invasión rusa llegó a Castrolandia. Su primer
cuento de esa etapa fue cuando el primer congreso del partido castrista,
en el que anunció para Castrolandia una palabreja nueva, quinquenio,
muestra de malinchismo del redivido Máximo Líder, convertido esta vez en
algo más soviético, algo así como Primer Secretario del Comité Central
del Partido. Como a Fidel Casiano le han puesto tantos calificativos en
su vida, no creo que este le pesara mucho.
Pasemos a la agricultura. Como ya Fidel Casiano había cometido tantos
disparates en este campo, los soviéticos confiaron esa cartera a un
viejo miembro de la guardia roja, Arnaldo Milián Castro, hombre de
piedra y más obediente a la Madrecita Rusia que a Fidel Casiano, de
quien se burlaba a menudo, aunque solo cuando se hablaba entre los bien
protegidos muros de la residencia del embajador soviético.
Durante el gobierno de Milián, Castrolandia experimentó un alza
realmente asombrosa para todos, excepto para Fidel Casiano a quien esas
noticias lo ponían verde de la envidia.
Lo demás es historia, vengamos al presente, porque la Madrecita Rusia y
Milián se murieron y con ellos, el dinero y alguien que sabía como
administrarlo, respectivamente.
Hace tres años, cuando Marino Murillo fue ascendido al Olimpo, dije y cito:
"Lo que necesita, para empezar, es subordinados eficientes, motivados y
honestos. Gente que le mire a los ojos y le respondan sin miedo los
siguientes ¿por qué?:
¿Por qué se mantienen los niveles de alimentación de 1993 en 2009?
¿Por qué la productividad es tan baja en todo el sistema empresarial,
seleccionado o no, las exportaciones tan pocas y las importaciones
tantas, no ya para artículos suntuarios (léase turismo y gastos de la
nomenclatura), sino hasta para los indigestos yogur de soya y el pan
racionado, los fertilizantes para los tomates del turismo internacional
y hasta las capas italianas de los tabacos Cohíba?"
Ya de esto nadie se acuerda. Ni Marino sabe si sigue de Vicepresidente
para la Economía o de lector de tabaquería para cuando el designado cita
a toda la corte para refocilarse al verlos tan atentos -de dientes para
afuera- al relato del lector.
Sinceramente, el Marino que conocí desapareció o se clonó en otro que
perdió todos los atributos que lo hacían un dinámico economista, no un
flautista de orquesta charanga. Por lo mismo, le prometo, Lic. Marino
Alberto Murillo Jorge, no escribir más sobre Ud. Vaya, se lo juro por la
salud de Fidel Casiano.
Incidentalmente, esto me recordó a mi difunto y sabio padre, cuando me
dijo que en la vida había que escoger siempre entre ser papel de lija o
papel de inodoro. La elección es libre...
Para Cuba actualidad: paulino.alfonso@yahoo.com
http://primaveradigital.org/primavera/politica/80-cuba/3956-marino-murillo-o-mas-de-lo-mismo.html
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