La corta visita del canciller francés a La Habana
MARTES, 29 DE ABRIL DE 2014 00:37 ESCRITO POR JULIO ANTONIO ALEAGA PESANT
Cuba actualidad, El Vedado, La Habana, (PD) La visita del canciller
francés a Cuba solo duró ocho horas. Aunque no es la primera de un
canciller europeo en los últimos tiempos, no es gratuito afirmar que fue
de las más esperadas por el reconocido peso que tienen los galos en la
política europea.
El regreso de un canciller francés a la isla tras siete lustros, luego
de la visita de Claude Cheysson en el muy procastrista gobierno de
François Mitterrand, se debe a las últimas decisiones de la UE en
relación al gobierno cubano, que buscan según mi percepción, darle una
mano a los reformistas del Partido Comunista.
El "bunker machadista" prefiere, sin lugar a dudas, el aislacionismo. No
es lo mismo con el canciller cubano, que cada vez que puede se da un
saltico con su esposa, a comprar en las caras boutiques parisinas, con
cualquier pedestre argumento, desde la liberación de los tres espías que
quedan presos en los Estados Unidos hasta cualquier otra ocurrencia
particular, muy bienvenida por el embajador de la dictadura ante Les
Champs-Élisées, pues le permite estar al tanto del cocinado de las altas
esferas.
Hay que entender que la visita del canciller galo se hace en momentos
del relanzamiento de las relaciones francesas con América Latina, con el
capítulo más importante en Ciudad de México, donde se reunieron los dos
presidentes para presentar la nueva era gala-latinoamericana.
A partir de ahí se puede entender que la visita de Laurent Fabius a La
Habana fue de refilón, como quien no quiere las cosas y para apoyar al
embajador Medelsson, que esta toreando a las diferentes tendencias
dentro de la isla.
¿Pero, no tuvo tiempo Fabius, comprometido con la causa cubana
profundamente, para cumplir una de las normativas de la UE para sus
altos funcionarios, la de reunirse en cualquier país del mundo con los
Premios Sajarov de la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo?
Así, Fabius debió encontrarse siquiera treinta minutos con Berta Soler y
Guillermo Fariñas.
Fabius, que se solidarizó con la causa de los 75 de la Primavera Negra
en la figura del poeta Raúl Rivero, se sentía satisfecho con el desafío
a Bruno Rodríguez, al recibir en Paris tras él, a Elizardo Sánchez,
vocero de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación
Nacional. Pero no olvidemos que en la escenografía está la primera ronda
de negociaciones entre la UE y la dictadura, los días 29 y 30 de abril,
a celebrarse en La Habana, y donde se espera llegar a un primer acuerdo
de dialogo político y cooperación entre las partes.
Esa es la razón por la que las reuniones de Fabius fueron con el
dictador, el cardenal del dictador y el canciller del dictador, además
de la comunidad social y empresarial francesa en la isla, pero no con la
sociedad cubana.
En la reunión con su homólogo cubano, valoraron como de "alta
significación" el dialogo que recién comienza con la UE para normalizar
las relaciones y la proposición de Francia de reforzar los vínculos
políticos y económicos con el gobierno militar, imbuido en un proceso de
reformas, aun muy débiles, para demostrar resultados a largo aliento, y
que sin democratización, pueden ser revertidas en cualquier momento.
En la embajada francesa en el elitista barrio de Miramar, el canciller
francés, expresó: "Desarrollar nuestro dialogo político no es pretender
que estamos de acuerdo en todo." Se refería el funcionario al tema
derechos humanos y libertades políticas.
Fabius no viajó solo a La Habana. Un grupo de empresarios, representante
de las más importantes instituciones francesas lo acompañaron. Según el
mismo, para hacer más a la luz de la recién aprobada Ley de Inversión
Extranjera.
Recordemos que Francia es el noveno socio comercial de Cuba.
Los medios de prensa internacionales destacan que la presencia
empresarial gala debía dirigirse al turismo, la educación, la cultura,
la energía o la agroindustria alimentaria, y que se esperan avances en
el tema de los derechos políticos.
En mi opinión, está muy bien que el canciller francés visitara La Habana
por breve espacio, pues le quitaba basa a los discursos perentorios del
gobierno, y volvía concreta cualquier conversación. Es un paso de apoyo
a los reformistas que intentan abrir el país, ocultos entre las
bambalinas del terror al bunker. Pero, eso sí, debió encontrarse con los
Premios Sajarov para confirmar su compromiso con la transición a la
democracia en Cuba, y para que la dictadura supiera por donde pudieran
pasar los tiros en el próximo encuentro a finales de mes. Si no pasará
como con las visitas papales: mucho ruido y pocas nueces.
Para Cuba actualidad: aleagapesant@yahoo.es
Source: La corta visita del canciller francés a La Habana | Cuba
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