ublicado el sábado, 04.26.14
La creatividad cubana para lidiar con la escasez no tiene límites
JUAN O. TAMAYO
JTAMAYO@ELNUEVOHERALD.COM
En un país en el cual el gobernante Fidel Castro propuso en una ocasión
criar vacas en miniatura para pastar en el patio de las casas, no
debería sorprender a nadie que los cubanos se hayan convertido en
maestros de la improvisación y la invención ante la constante escasez.
Ellos abren huecos en el fondo de una botella de agua, y, por arte de
magia, es un cabezal de ducha. Si no encuentran pilas AA para el control
remoto del televisor, le sujetan una pila C con una liga, sueldan
algunos alambres y allá va eso.
El mismísimo MacGyver hubiera aprobado la idea de asar perros calientes
y hamburguesas en el asiento de una silla de metal, echar un huevo crudo
en el radiador de un carro para detener un salidero, y usar una pastilla
de jabón para evitar que se salga el aceite de un carro.
"La tendencia es pensar que los cubanos son muy listos. Pero la realidad
es que ha habido demasiadas necesidades, una situación económica súper
precaria", dijo el diseñador de Miami nacido en Cuba Ernesto Oroza,
quien colecciona estas invenciones desde mediados de la década de 1990.
Los cubanos han estado "resolviendo" desde que la escasez de todo tipo
empezaron a afectar a la isla a principios de los años 60, poco después
de que el gobierno de Estados Unidos impusiera las primeras sanciones
comerciales al gobierno de Castro.
Los medios de prensa del Estado elogiaban con regularidad las virtudes
de la inventiva cubana, como los trabajadores de los centrales
azucareros que fabricaban repuestos para piezas hechas en EEUU, o los
campesinos que fabricaban sus propios molinos de viento y sus propios
generadores eléctricos, así como piezas para sus tractores.
"La revolución inyectó a los cubanos con el invento para sobrevivir las
deficiencias creadas por los americanos, y ahora los cubanos lo usan
para sobrevivir las deficiencias de la revolución", dijo Oroza.
En uno de sus muchos y notoriamente fracasados intentos de improvisar,
Castro propuso en 1987 crear una raza de vacas del tamaño de perros,
para que las familias los tuvieran en el patio en las ciudades y
resolvieran una escasez de leche.
La escasez llegó a niveles críticos a principios de la década de los 90,
después de que la Unión Soviética eliminó sus subsidios a la isla, que
eran de hasta $6,000 millones al año, la economía cubana se redujo en un
35 por ciento, y artículos importados prácticamente desaparecieron de
las tiendas.
Algunos de los inventos para resolver la continua escasez son claramente
más que arriesgados.
Debido a que la gasolina se hizo escasa y cara, algunos cubanos
encontraron maneras de convertir los motores de sus autos y camiones al
gas natural, y ponen los contenedores, potencialmente explosivos, en el
maletero de sus vehículos.
Alambres eléctricos pelados conectados a latas o tuberías cortas se usan
como calentadores de ducha, y el tanque de gasolina oxidado de un viejo
vehículo se reemplaza con un par de garrafones plásticos colocados
peligrosamente cerca del motor caliente.
Otros inventos son simplemente ingeniosos.
Una plancha de ropa puesta al revés sirve para cocinar, clips para papel
sujetaban una cortina de ducha, un tanque de 55 galones se convirtió en
un horno para pizzas y una mecha pasada a través de un tubo de pasta
dental vacío y colocado en un frasco de queroseno daba luz cuando
fallaba la electricidad.
Parte de la suspensión de un auto se convirtió en soporte para montar un
televisor en la pared, y un par de desechos de cables eléctricos se
convirtió en un pequeño equipo para recargar pilas que, supuestamente,
no son recargables.
Los inventos mejor conocidos son las bandejas de metal robadas de las
cafeterías estatales y convertidas en antenas de televisión, y pequeños
motores de gasolina añadidos a las bicicletas se convirtieron en
motocicletas rudimentarias conocidas como "Rikimbilis".
Las mujeres que trataban de ponerse elegantes usaban tizas de colores
sacadas de las escuelas para maquillarse, betún de zapatos en las
pestañas, carbón de pilas molido para oscurecerse el cabello y el
antiácido Alusil como gel para el cabello, escribió en octubre la
bloguera de La Habana Regina Coyula.
Oroza recordó que, en los primeros años de la revolución de Castro
existía un grupo diseñado para promover las improvisaciones e inventos,
la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores.
Incluso en 1991, agregó, las fuerzas armadas y la Federación de Mujeres
Cubanas publicaron un libro sobre "resolver", con artículos estilo
Mecánica Popular e instrucciones sobre cómo fabricar artículos tales
como tirapiedras.
Un año más tarde, ambas entidades publicaron un segundo libro con las
ideas para artefactos, reparaciones y plantas medicinales enviadas por
los lectores, bajo el orgulloso título de Con nuestros propios esfuerzos.
Source: La creatividad cubana para lidiar con la escasez no tiene
límites - Cuba - ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/04/26/1735380/la-creatividad-cubana-para-lidiar.html
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