Hacia un repliegue militar en Cuba
La normalización con EE UU puede impulsar el acceso de civiles a la
cúpula cubana
JUAN JESÚS AZNAREZ Madrid 21 DIC 2014 - 23:41 CET134
Tras 56 años en pie de guerra, la onda expansiva de la normalización
entre Cuba y Estados Unidos puede modificar el organigrama y perfil del
poder revolucionario, cuya cúspide ocupan Raúl Castro, los comandantes
de Sierra Maestra y un grupo de generales, todos miembros del buró
político y del comité central del Partido Comunista de Cuba (PCC). Fidel
Castro sigue ahí, icónico, pero en chándal. Si el acercamiento
binacional progresa, la profundización de los intercambios, los viajes,
los turistas, y el estrechamiento de las relaciones políticas y
económicas pueden conducir a un cambio en la correlación de fuerzas en
el equipo al mando, esto es a la progresiva entrada de civiles en
importantes despachos. Hasta ahora los militares desempeñan las
funciones ejecutivas estratégicas. La influencia de tecnócratas y
paisanos es limitada.
El síndrome de plaza sitiada, la permanente movilización de todas las
instancias civiles y militares en defensa de la soberanía nacional,
frenó el acceso de cualificados profesionales al sanedrín de la plaza de
La Revolución, al que sólo se tuvo acceso desde la incondicionalidad
ideológica y la experiencia en combate. Quienes olvidaron la primera
cláusula fueron fulminados. El vértice lo ocupa Raúl Castro (83 años),
presidente del Consejo de Estado y de Ministros. Legalmente, su segundo
es el ingeniero Miguel Díaz-Canel (54 años), vicepresidente, que le
sucedería en caso de retirada o fallecimiento. Las facultades de Marino
Murillo (53 años), ministro de Economía, ascendido a vicepresidente, han
sido ampliadas porque las reformas económicas son prioritarias.
La historia ayuda a entender algunos aspectos de una militarización que
llevó a la asfixia de libertades civiles fundamentales y a la
prohibición de cualquier asociacionismo político al margen del PCC.
Queda por ver cómo evoluciona esa percepción. La fracasada invasión de
Bahía de Cochinos, también conocida como Playa Girón, fue el detonante
del rearme cubano y de los duraderos cambios en el enfoque y movimientos
del organigrama. Tropas de cubanos exiliados, entrenados por la CIA
invadieron la isla en abril de 1961, pero fueron derrotados por las
Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Fidel Castro tocó a rebato y
ordenó aplastar cualquier intentona contrarrevolucionaria.
La retirada de los cohetes soviéticos de la isla en 1962 a cambio de la
promesa norteamericana de no volver a invadir la isla, modificó las
guardias del régimen. Obviamente, el ministro de Defensa y las FAR,
Leopoldo Cintra Frías, (73 años) es uno de los generales poderosos
porque el desembarco de Playa Girón nunca pasó al olvido, pero desde
entonces el Ministerio del Interior y los cuerpos de seguridad cobraron
una importancia crucial. El general Abelardo Colomé Ibarra (75 años)
sigue al frente del ministerio, y el coronel Alejandro Castro Espín, (49
años) coordina los servicios de inteligencia militares y civiles.
Progresivamente, militantes más jóvenes y sin formación militar,
cincuentones la mayoría, se van incorporando a la jefatura en
responsabilidades económicas y diplomáticas, entre ellos el ministro de
Exteriores, Bruno Rodríguez, (56 años), con un equipo de embajadores y
funcionarios consulares de treintañeros. No obstante, en la cúpula de
otros puestos claves mandan todavía los galones y la confianza personal.
El coronel Luis Alberto Rodríguez, ex yerno de Raúl Castro preside un
conglomerado clave y enorme: el Grupo de Administración Empresarial S.A.
(GAESA), que controla buena parte de la economía nacional a través de la
actividad comercial, importadora y exportadora, de las numerosas
empresas asociadas, estatales o mixtas. Hoteles, tiendas, fabricas de
armamentos, una aerolínea, granjas y plantaciones son algunos de los
negocios del holding militar.
Los círculos del poder cubano convergen en hombres de biografía
miliciana, comprometida desde la Guerra Fría contra EE UU, contra el
imperio, contra el enemigo con el que la pasada semana se firmó una paz
trascendente y aún incierta. Uno de los jefes más poderosos, odiado como
represor en los círculos anticastristas más radicales, ex ministro del
Interior y protagonista de misiones de especial relevancia, es el
comandante de la Sierra Maestra Ramiro Valdés. Son reveladoras sus
recientes fotografías en escorzo, en la sombra, escuchando el discurso
de Raúl Castro anunciador del regreso a Cuba de los tres espías, de los
tres "héroes antiterroristas" en prisiones de EE UU.
El siguiente objetivo es el levantamiento del embargo, más difícil
porque no depende de los poderes ejecutivos de Barack Obama, sino de que
demócratas y republicanos concluyan que conviene la conciliación con el
vecino cercano y distante. No pocos argumentarán que Cuba sigue sin ser
una democracia y que nada sustancial recibe a cambio EE UU, pero
levantarán el pulgar cuando se vote no para convalidar a Obama sino para
cerrar espacios a chinos, rusos y otros intrusos en la estratégica y
apetecida isla caribeña, que siempre seguirá a 145 kilómetros de las
costas de Florida.
Source: Hacia un repliegue militar en Cuba | Internacional | EL PAÍS -
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/12/21/actualidad/1419201714_818064.html
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