Sobre la Cumbre de La Habana del mes de enero
[25-12-2014 08:49:25]
Elías Amor
Economista
(www.miscelaneasdecuba.net).- Hoy se ha sabido que en el mes de enero
vamos a presenciar una cumbre en La Habana de Estados Unidos y Cuba, de
nuevo cuño, a la que muchos, tal vez demasiados, le están dando una gran
importancia cuando tal vez no la tiene. No es difícil encontrar a los
másentusiastas. Se les ve por doquier. Creen que el comienzo de un
diálogo entre los dos países puede aliviar una tensión que se ha
mantenido durante más de medio siglo por lanegligencia de una de las
partes y su comportamiento vejatorio con la otra. En cualquier momento,
esa parte puede romper la baraja y renunciar a la partida. Dos no hablan
cuando uno no quiere. Es evidente que la situación no es la misma, y que
el foco de inestabilidad se ha agrandado, y mucho, lo cual confirma el
fracaso de la política agresiva aplicada desde los tiempos lejanos de la
ayuda soviética. Mientras tanto, los inversores privados esperan.
Algunos gobiernos también.
Los negociadores que se embarquen en este proceso de diálogo inicial
tienen una gran oportunidad para salir del estado de negación de la
realidad y sentar las bases de una negociación transparente y clara,
pero conociendo las reglas del juego que exige el régimen de La Habana,
no será fácil. La Unión Europea es un buen ejemplo de lo que estamos
hablando. Pese a la buena voluntad de los comunitarios, los Castro la
han despedido sine die. Pienso que, al menos, tendrán que dar respuesta
a dos preguntas que se van a plantear: la primera, ¿han llegado a algún
acuerdo en materia de derechos humanos y libertades democráticas? y la
segunda, ¿cuando se van a celebrar elecciones libres y plurales? No veo
fácil que estas preguntas tengan respuesta. Tal vez nunca la tengan en
vida de los Castro. Mucha terquedad política e ideológica cierra
cualquier oportunidad a la libertad. Tan solo si el caos económico
prosigue su tendencia imparable y la economía castrista se precipita al
vacío, como muchos esperan tras la debacle de Venezuela, que es
inminente, el régimen puede ceder lo suficiente para un giro de 180º. En
todo caso, conseguir un soplo de aire fresco, que permita abrigar
expectativas positivas al futuro, puede servir para que las
negociaciones no sean un fracaso.
Y esto nos lleva nuevamente al punto de partida, en que el tiempo va a
ser, una vez más, la variable más preciada para ir avanzando en el
proceso de diálogo de La Habana. Y en ello, los Castro, han mostrado una
extraordinaria habilidad para gestionar los plazos, ganar tiempo,
prolongar la desaparición de su régimen político. Ya veremos cómo
reaccionan los negociadores de Estados Unidos, más acostumbrados a
responder ante sus electores de aquello que hacen o no hacen.
El cambio de perspectiva que va a condicionar las negociaciones de La
Habana viene de que la economía castrista está al borde del desastre por
un modelo ineficiente que prohibe elejercicio de los derechos de
propiedad y proscribe el funcionamiento libre de los mercados. Tal vez
un buen punto de partida sería el reconocimiento de ese fracaso y el
regreso a la ortodoxia. Hasta Vietnam ha hecho los deberes, pero los
Castro y su cúpula ideológica están más cerca de los planteamientos
absolutos de Corea del Norte y ya han dado muestras, más que
suficientes, de que no van a dar marcha atrás. Lo más probable es que
los negociadores cubanos lleguen con posiciones muy enrocadas e
inamovibles que solo la necesidad de Obama de conseguir algún éxito,
llevará a mantener el diálogo.
Estados Unidos debería debería estar prevenido de cualquier trampa. Son
muchos años sin negociar con los Castro. El precio a pagar por una
Cumbre de Panamá tranquila puede ser muy elevado si los Castro aprietan
las tuercas. Ahora están convencidos de haber ganado, y los defensores
de sus ideas, también. Los países del ALBA no van a cambiar su posición
y perspectiva respecto de la influencia de Estados Unidos en la región,
pero necesitan el mercado del norte para dar salida a sus producciones y
obtener recursos. Y además, 2015 no parece que vaya a ser un año
especialmente favorable para América Latina. Los negociadores
estadounidenses en La Habana tienen que mantener la mente fría para
evitar que el castillo de naipes que les van a construir se venga abajo
y además, les culpen de derribarlo. Castro necesita apoyo económico. Su
dictadura se encuentra en bancarrota,pero no le preocupa más que lo
justo. Estados Unidos se ha comprometido demasiado y su presidente no
querrá fracasar una vez más.
La economía castrista lleva medio siglo años al borde del colapso. Ha
superado numerosas trabas y dificultades, y se ha alejado del precipicio
en varias ocasiones, para regresar poco después. Lo que no van a hacer
es dar un paso al frente, ni mucho menos ceder. El caos se puede
mantener de forma indefinida en el tiempo, con la connivencia de
inversores extranjeros oportunistas y el auge de los timbiriches bajo
control comunista. Estados Unidos debe ser consciente que el régimen de
los Castro no tiene el menor interés en hacer nada que pueda poner en
peligro su estrategia de supervivencia, de ganar tiempo y de evolucionar
hacia un nuevo sistema en el que los nietos hereden el poder de los abuelos.
La sociedad cubana ha superado el nivel del umbral de malestar
soportable en numerosas ocasiones, pero sometida a un riguroso control
por la seguridad del estado no podrá decir basta.
Quienes creen que la eventual apertura que se pueda conseguir de un
proceso de negociación puede servir para encarrilar la vía de las
libertades, está equivocado. El número de turistas se puede multiplicar
por tres y las remesas por cuatro, pero la cúpula de poder y el control
político de la sociedad seguirá incólume. El escenario más probable será
alargar la negociación, sin alcanzar resultados concretos. Esperar a ver
cómo evolucionan los acontecimientos. Los Castro saben que el tiempo es
la variable más preciada en una negociación y que Obama lleva todas las
de perder. Lo más probable es que saquen la espada contra los senadores
y congresistas que se opondrán al derribo de las medidas del embargo o
bloqueo. No conviene hacerse grandes expectativas del proceso. Ni con
los mejores estadistas y líderes esta negociación puede dar el resultado
que es más importante para la democracia, las libertades y los derechos
humanos.
Source: Sobre la Cumbre de La Habana del mes de enero - Misceláneas de
Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/549bc1853a682e09c836bdfa#.VJv8QV4Ak
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