11-08-2011.
León Padrón Ascuy
Activista Pro Derechos Humanos
(www.miscelaneasdecuba.net).- La posibilidad de los ciudadanos cubanos
para garantizarse una adecuada alimentación, se tambalea bajo la
premisa de sálvese quien pueda. Esta máxima, ofrece al "picadillo
enriquecido", el "yogur de soya" el "pollo por pescado" y el pan de
harina de boniato, el triste papel de ser compañeros inseparables.
Desdichadamente, el reemplazo de estos inventos por alimentos tan ricos
y valiosos en proteínas, como la leche, la carne de res y el pescado,
es una muestra más del fracasado sistema de estatización que durante
estos cincuenta años ha permitido que el país tenga que importar
alimentos de otras latitudes, pudiéndose producirlos acá, si hubiera
una economía de mercado.
Las autoridades cubanas jamás se han preocupado en flexibilizar
seriamente los obsoletos preceptos económicos que han conducido a tan
vitales carencias. A las que, por supuesto, no se han visto expuestos.
¿O es que, tal vez, estos alimentos tan tradicionales en Cuba ya a ellos
no les gusten, o quizás los hayan empalagado?
De cualquier modo, sea cual sea la condición de la élite comunista, es
vergonzoso, imposibilitar a los cubanos de alimentarse decentemente. El
simple hecho de condenarlos a soportar durante un período tan largo, la
ausencia en sus despensas, de estos apreciables alimentos, debiera ser
una prioridad de connotación mundial.
Por supuesto, un reclamo como este, tendrá como respuesta, el discurso
anti embargo: "Culpable de todos los males que aquejan a la nación". Y
que estoy seguro de que el día de su levantamiento –con los Castros en
el poder- saldría un titular en el periódico Granma denunciando….
"nueva agresión contra la Isla". Razón por lo que muchos piensan que la
existencia del embargo sólo ha servido, para justificar lo injustificable.
Hoy, a causa de la deficiente alimentación, se observa un elevado número
de ciudadanos que tempranamente tienen necesidad de usar un bastón,
debido al desgaste de sus huesos. Y también, muchísimos pierden
tempranamente su dentadura.
Al gobierno no le interesa que los cubanos se alimenten de piltrafa.
Durante mucho tiempo ha dedicado parte de los recursos del país -por
sólo citar un ejemplo-, a un exagerado combate contra los que hurtan y
sacrifican ganado vacuno para menguar el hambre. Cabría preguntarse si
no es más viable permitir el desarrollo de la industria ganadera,
huérfana de una atractiva inversión, que otorgue la posibilidad a
cualquier cubano de crear empresas propias, encaminadas a procrear la
masa ganadera, que es la generadora de leche, quesos, mantequilla y
otros derivados lácteos.
Las autoridades no dan su brazo a torcer y aborrecen a los que cantan
loas al capitalismo. Sin embargo, a diferencia del increíble índice de
0,7 cabezas de ganado por ciudadano que exhibe hoy, antes del 59, en
Cuba habían 2, 7 por persona.
De igual manera sucede con la industria pesquera, por un lado esta
dedicaba al gansterismo de las riquezas del mar para turistas y
extranjeros y por otro imponen veda excesiva, a las más preciadas
especies. Añádale la falta de provisiones para las fuerzas productivas
independiente Un impedimento para desarrollar esta industria.
Sencillamente, tales beneficios no están en la hoja de ruta
gubernamental, por lo que se mantienen atados al fracasado estalinismo.
De tal modo, como me asegura mi tía quien tiene 88 años, cuando ve
alguna crítica del pasado en el noticiero y me dice, mentira… si en
cualquier esquina se podían conseguir a precios asequibles todos estos
productos.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=33258
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