¿Adónde va Cuba?
Así titula el New York Times un amplio reportaje en el que un periodista
estadounidense que viajó a la isla con su familia relata lo que vio y
escuchó.
martinoticias.com
septiembre 20, 2012
Un periodista estadounidense que visitó a Cuba en compañía de su
familia, dice que las reformas emprendidas por el gobernante Raúl Castro
son "pasos de bebé" hacia EE.UU. y que aunque los cubanos, no todos,
pueden ahora tener autos propios, operar sus propios negocios y tener
propiedades, eso puede desaparecer "por decreto" de la noche a la mañana.
En un extenso reportaje que publica este jueves el diario The New York
Times, John Jeremiah Sullivan relata que la primera sorpresa que se
llevó fue durante el vuelo a la isla, cuando la aeromoza les comunicó
que había cambio de hora porque en Cuba no estaba en efecto el horario
de verano en vigor en EE.UU. Fue un "aterrizaje en la ignorancia", dice.
Sullivan inicia su relato explicando que su esposa Mariana viaja a Cuba
con frecuencia para investigaciones (es profesora de cine) y también
para visitar a la familia de su madre, que vive en la isla. Esta vez
fueron los tres, incluida su hija de seis años, con la idea de conocer
un poco el país antes de ver a los parientes.
Para Sullivan fue su primer contacto directo con Cuba, y no pasa por
alto en el relato la extraña experiencia de ver cómo el equipaje y los
bolsos eran empacados en el aeropuerto en EE.UU. con una envoltura de
nailon para "desalentar" el registro de los maleteros en La Habana. "No
se llevan oro ni dinero, porque nadie es tonto para llevarlos en el
equipaje—dice— pero sí la pasta de dientes, el champú, necesidades…"
Tras referirse a lo absurdo que es que en Cuba circulen dos monedas
diferentes, el peso común y el convertible (CUC), Sullivan destaca lo
que califica de "hostilidad" de los empleados de hoteles, y menciona su
estancia en uno grande, recién construido por la empresa Gaviota
(manejada por los militares) donde –señala—fueron "increíblemente
inamistosos".
Para el periodista, la explicación es que "no tienen ninguna
motivación para ser agradables con los turistas o para apurarse en hacer
algo por ellos". A lo que añade otro descontento, porque "Internet en
toda isla depende de tres impredecibles satélites –dice—aunque había
escuchado que algún tipo de cable (el venezolano) fue recientemente
instalado".
Una vez en Varadero, apunta, la "masiva operación de la cafetería se
pone en movimiento sólo durante un par de horas cada mañana (para el
desayuno). Y uno tiene que estar allí para la estampida (…) en la cola,
mayormente con turistas europeos: alemanes, italianos, del centro de
Europa y también brasileños, argentinos y canadienses".
Antes de abandonar la isla, precisa, "pasamos el último día y noche en
La Habana", donde conoció a un taxista en bicicleta llamado Manuel, de
unos 19 años, quien cuando se enteró de que estaba prestando servicio a
un periodista le dijo: "Tú odiarías estar aquí. No hay libertad de
expresión (…) esto es básicamente una prisión. Todo el mundo tiene miedo".
Como corroboración a lo que le dijo el taxista, Sullivan también cita de
anécdota las palabras que cruzó con un hombre que trabajaba con un
miembro de la familia de su mujer, llamado Erik, quien le dijo: el
problema es que "aquí no hay futuro. Estamos perdidos".
http://www.martinoticias.com/content/cuba_times_turismo_reforma/14964.html
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