La pobreza en Cuba
Lunes, 24 de Septiembre de 2012 02:15
Escrito por Orlando Freire Santana
Cuba actualidad, Cerro, La Habana, (PD) Debido a varias de las
características de la economía y las estadísticas cubanas, con
frecuencia se les torna difícil a analistas y organismos internacionales
la tarea de comparar el desempeño de la isla con los estándares
comúnmente aceptados. Así ha sucedido, por ejemplo, con el crecimiento
del Producto Interno Bruto (PIB).
A partir del año 2003 se consideró por el Ministerio cubano de Economía
y Planificación que el PIB de la isla estaba subestimado porque no
tomaba en cuenta el valor de los servicios sociales gratuitos ni los
subsidios de precios al consumidor. Lo anterior, unido a la avalancha de
exportaciones de servicios profesionales a Venezuela y otras naciones
del ALBA, llevó a las autoridades cubanas a anunciar crecimientos
significativos del PIB que a veces superaron los dos dígitos. Sin
embargo, organismos como la Comisión Económica para América Latina
(CEPAL), que reconocen una metodología para calcular el PIB que no
incluye las gratuidades ni las subvenciones, siempre pusieron en tela de
juicio las estadísticas oficiales anunciadas en la isla.
Otro tanto ocurre con el ingreso mínimo de una persona que marca el
nivel de pobreza. La mayoría de los organismos y agencias
internacionales que se ocupan de este indicador, insisten en que toda
persona que subsista con menos de un dólar por día debe de ser
considerada como pobre. Las autoridades cubanas siempre argumentaron que
dicho indicador no era aplicable a la realidad nacional, pues la libreta
de racionamiento garantizaba la denominada canasta básica, a precios
subsidiados que nada tenían que ver con los vaivenes de la oferta y la
demanda.
Semejante razonamiento tenía cierta validez antes de los años noventa,
cuando no existía la doble circulación monetaria, y mediante la libreta
podían adquirirse, de una manera más o menos estable, los artículos que
garantizaban la diaria existencia. Ahora, además de considerar la
apreciable merma en la canasta básica que propició la debacle del
período especial, se añade el anuncio de la paulatina venta liberada, a
precios cercanos a la oferta y la demanda, de determinados productos de
primera necesidad--- como los artículos de aseo personal--- que antes se
compraban a precios sumamente bajos.
Entonces, si tomamos en cuenta el tipo de cambio en la CADECA del peso
cubano contra el dólar o el peso convertible, y el indicador recomendado
internacionalmente de la posesión de un dólar por día para fijar el
nivel de pobreza, nos acercamos al momento de poder afirmar que
cualquier cubano que perciba mensualmente un ingreso inferior a los 700
pesos cubanos--- aproximadamente--- deba de ser considerado como pobre.
Y qué decir de aquellas personas jubiladas u ocupadas en categorías
laborales que devengan salarios que no rebasan los 300 pesos al mes.
Sencillamente habría que calificarlas como de pobreza extrema.
Lo anterior cobra mayor importancia si observamos cómo se ha comportado
el salario medio mensual en Cuba durante los últimos años. De acuerdo
con el Anuario Estadístico de Cuba, el salario medio mensual en el año
2004 fue de 284 pesos; en el 2005 subió a 330 pesos; para el 2006 era de
387 pesos; en el 2007 ascendió a 408 pesos; en el 2008 fue de 415 pesos;
y, finalmente, en el 2009 había alcanzado los 429 pesos. Ahora, con el
objetivo de fijar el impuesto a los cuentapropistas por el uso de la
fuerza de trabajo, cada municipio del país ha calculado su salario medio
mensual, y en la mayoría de los casos oscila alrededor de los 445 pesos.
Es decir, que a pesar del incremento de este indicador en los últimos
años, aún permanece muy por debajo del umbral que marca la pobreza.
Es cierto que la recepción de remesas provenientes del exterior por
parte de numerosas familias, o el cobro de estimulación en CUC de
algunos trabajadores estatales, o los ingresos superiores que se
perciben en determinados sectores--- por ejemplo músicos y artistas---,
y ahora lo que devenguen los cuentapropistas, pudieran amortiguar en
parte el no acceso de cada cubano a la cifra de los 700 pesos mensuales.
No obstante, esos segmentos poblacionales constituyen una minoría de la
población cubana. Por tanto, no sería aventurado afirmar que entre un 70
u 80 % de los cubanos viven actualmente en la pobreza. Ciertos fenómenos
sociales que se observan últimamente, como el aumento de la
prostitución, la mendicidad, y las personas sin hogar, dan fe de lo
anterior.
Los gobernantes de la isla son conscientes de que se impone cuanto antes
el establecimiento de un mecanismo que subsidie a las personas de bajos
ingresos, que serían las más afectadas por una pobreza que amenaza con
volverse consustancial al futuro modelo económico cubano. Máxime si se
trata de un país que acostumbra ver la paja en el ojo ajeno, pero no en
el suyo propio.
Para Cuba actualidad: orlandofs21@yahoo.com
http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/121-sociedad/5263-la-pobreza-en-cuba.html
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