Thursday, September 20, 2012

Lada? ¿Moskóvich? Su pieza en Hialeah

¿Lada? ¿Moskóvich? Su pieza en Hialeah

Un empresario ruso-cubano descubre a la vez un nicho de mercado y una
forma de brindar servicio a los cubanoamericanos y sus familiares en la
isla.
Rolando Cartaya/ martinoticias.com
septiembre 19, 2012

Dicen que los periodistas olemos la noticia, y el colega Oscar Suárez,
del blog Universo Increíble, supo que tenía una en cuanto vio la
pintoresca furgoneta con la leyenda en espanglish: "Auto Parts. Partes
para Lada y Moskóvich". No "Maskuích" como se pronunciaría en ruso,
sino "Moskóvich", como se les dice en Cuba a esos feos pero resistentes
autos de la era soviética.

Junto con los "almendrones" americanos de los años 40 y 50, y los Lada,
versión soviética de los FIAT italianos, el Moskóvich forma parte de las
categorías de autos –todos con décadas de explotación-- que pueden
adquirir los cubanos que no obtienen sus "ingresos en moneda libremente
convertible o en pesos convertibles, como resultado de su trabajo, en
funciones asignadas por el Estado o en interés de éste".

Así dividió literalmente a los cubanos la ley de compraventa de
automotores aprobada en la isla en 2011. Pero al menos representó una
vuelta de tuerca menos, y creó un mercado inmediato, tanto de los autos
incluidos en la compraventa, como de sus piezas y accesorios.

¿Quién mejor para operar en él que alguien que se mueve como pez en el
agua en el ambiente ruso y también en el cubano?

Fabián Zajarov, nacido en Rusia, pero cubano desde que abre la boca, vio
en estas nuevas oportunidades un nicho lucrativo de mercado y una forma
de ayudar, a través de sus familiares en la Florida, a los cubanos de la
isla que recién empiezan a salir de su larga noche peatonal.

Promover un negocio es siempre difícil, pero para establecer una
presencia en un mercado deprimido por la crisis mundial, es
indispensable contar con una propuesta exclusiva de negocios, algo que
nadie más pueda ofertar, o que no pueda hacerlo con las mismas ventajas
para los potenciales clientes. Quien ofrezca algo así –se enseña en las
cátedras de administración empresarial-- no sólo podrá crear una
nutrida clientela sino que fomentará su lealtad.

Como lo demuestran los numerosos clientes que acuden a diario, desde que
se corrió la voz, a la tienda de Zájarov en el 552 de Hialeah Drive, una
de las arterias comerciales de la municipalidad del sur de la Florida
que más recuerda a Cuba, sobre todo por su gente.

El emprendedor le contó a Suárez que la idea del negocio surgió de una
necesidad de mantenimiento generada en la isla: alguien necesitaba un
accesorio para un Lada y acabó llamando a Miami para que se lo consiguieran.

Él calcula que en Cuba deben estar rodando todavía de 30.000 a 40.000 de
estos autos rusos y soviéticos, los que con más de 30 años sobre el
pavimento – y sus baches-- siempre necesitan algo.

En que las piezas adquiridas puedan llegar o no a su destino han
influido indirectamente los gobiernos de Estados Unidos y Cuba: el
primero, al otorgar la primera licencia en décadas para una línea
naviera de envíos humanitarios a la isla desde Miami, a la compañía
International Port Corp. (IPC); el segundo, al encarecer los envíos con
la aplicación de aranceles aduaneros en divisas a este comercio informal.

Zajarov importa las piezas directamente de Rusia, y su tienda está
bastante bien surtida: desde los cilindros, los aros y las juntas para
reconstruir el motor de un Moskóvich, hasta piezas y partes de
carrocería de diferentes modelos de esa marca y de Lada.

Suárez destaca en Universo Increíble que el surtido de repuestos es
mucho mayor para los Lada, pero en los últimos meses se han incrementado
los inventarios de piezas para Moskóvich, incluido el modelo Aleko. Las
partes para Lada incluyen los modelos 1600, 2105 y 2107.

Claro que ningún hombre de negocios invierte en una empresa sin esperar
obtener ganancias, pero este empresario ruso-cubano es consciente de
algo que también se enseña en las clases de ética empresarial: el
cliente y la plena satisfacción de sus necesidades deben ser lo primero.

Cuando Suárez le preguntó si tenía algo más que decir, Fabián Zajarov le
dijo que se sentía muy complacido con el servicio que está brindando a
la comunidad cubana en Miami.

http://www.martinoticias.com/content/article/14939.html

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