¿Cómo será el futuro de Cuba?
¿Socialismo próspero y sustentable, capitalismo de estado salvaje, o qué?
Eugenio Yáñez, Miami | 15/08/2013 8:46 am
Tanto hablar del pasado, tan difícil vivir el presente, y cada vez menos
claro el futuro más allá de consignas huecas o escándalos de barricada
(de ambos lados), resulta válido preguntarnos cómo será el futuro de
Cuba dentro de unos cuantos años.
La respuesta está en dependencia de la posición política que se asuma
para analizar y tratar de comprender el fenómeno cubano. Los extremistas
de ambos bandos dirán o que será un futuro más claro y luminoso que
nunca, o que será como enterrarse para siempre en un lodazal de
destrucción y miseria. Afortunadamente, los extremistas no son la
totalidad de la nación cubana, ni siquiera la mayoría, por lo que hay
posiciones más sensatas y realistas, que ni subliman todos los futuros
posibles ni tampoco ven todo en color negro luctuoso.
Algunas preguntas que nos hagamos a nosotros mismos podrían ayudarnos a
entender mejor este complejo tema. ¿Cómo podrá ser nuestra Cuba dentro
de diez o doce años?
Eso dependerá de cómo seamos capaces de vernos a nosotros mismos. De
entrada, ¿es correcto decir "nuestra Cuba", incluyendo a todos los
cubanos, vivan donde vivan, o seguirá primando el excluyente criterio de
ignorar la condición de cubanos a los que no compartan los puntos de
vista del gobierno, hayan decidido vivir en el exterior o mantenerse en
Cuba? Además, cualquier respuesta para esta definición de lo que
representa ser cubano no debería nunca ignorar, justificar, olvidar o
premiar a ejecutores de acciones terroristas y hechos de sangre, vivan
donde vivan. ¿O sí?
¿Es justo que todo cubano tenga derecho a un sistema de salud eficiente
y a una educación que le prepare adecuadamente para la vida, y que esos
derechos no puedan ser alienados por discriminación de cualquier tipo?
¿Es justo que los incapacitados y los menos favorecidos por la vida
reciban de la sociedad la ayuda que les permita vivir una existencia
decorosa aunque aporten mucho menos que el resto? Podríamos estar de
acuerdo en que esos criterios deben ser asumidos para la sociedad cubana
no solamente hoy ni dentro de diez o doce años, sino permanentemente.
Sin embargo, más allá de las declaraciones generales los acuerdos no
serían fáciles. Esa salud pública y esa educación eficientes y sin
discriminación de ningún tipo, ¿deberían garantizarse gratuitamente a
todos los cubanos a partir de los impuestos que se recauden, o sería
conveniente que una parte de esos servicios fueran pagados por sus
beneficiarios al momento de recibirlos? No importa si a través de
seguros de salud, clínicas mutualistas, cupones escolares ("vouchers") o
servicios privados, pero que de alguna manera el beneficiado no
solamente pague por ese servicio, sino que sepa que lo está haciendo.
Por otra parte, es lugar común decir que queremos una Cuba con todos y
para el bien de todos. Todos suscribimos ese criterio fácilmente, pero
cuando se profundiza un poco en el tema surgen puntos de vista no
solamente diferentes, sino antagónicos.
Preguntémonos, por ejemplo, si con todos y para el bien de todos incluye
el derecho de los cubanos, aunque vivan en el exterior, a invertir
dinero en Cuba y contratar obreros. Naturalmente, mediante contratos
laborales libres y transparentes, y que otra empresa no podría actuar
entre inversionista y trabajadores, mucho menos recibir el monto de los
salarios acordados, quedarse con una parte, y dar el resto a los
trabajadores. O, por el contrario, ¿esa empresa intermediaria sería un
elemento justo y de balance para controlar la actividad de los
inversionistas y lo que ganan los trabajadores?
Habría que preguntarse también, entre muchas otras cosas, si con todos y
para el bien de todos incluye el derecho de los cubanos a establecer sus
propios negocios y utilizar recursos de su propiedad para hacerlos
funcionar y lograr beneficios, cumpliendo con las disposiciones legales
establecidas para su funcionamiento, sin temor a confiscaciones
arbitrarias, disposiciones caprichosas o inspectores y policías
expoliadores.
Y la más importante de todas las preguntas, aunque habría muchas más:
¿deberían los cubanos elegir directamente a sus gobernantes, o bastaría
que los diputados seleccionen a quienes dirijan el país, aunque no hayan
sido electos por la población? ¿Debe continuar existiendo en el país un
partido único, o existirían varios partidos? ¿Seguiremos pensando, como
el gobierno actual, que pluripartidismo equivale a pluriporquería, o
entenderemos que no ser del partido gobernante no significa ser traidor
o anormal?
¿Seguiremos viviendo tranquilamente bajo la norma, maravillosamente
expresada por Marlene Azor Hernández en otro análisis en esta misma
publicación, de que "El partido 'dirige' pero su brazo ejecutor en la
vida cotidiana y civil, son los órganos de la seguridad del Estado", o
acabaremos de aceptar que cada cubano tiene el sagrado derecho a
profesar las ideas políticas que prefiera, decidir cuál es el programa
político que mejor responde a sus expectativas, y elegir a quienes
gobernarán por un período determinado?
No son todas las preguntas que debemos hacernos ni mucho menos, pero son
algunas de las que debemos respondernos adecuadamente cuando pensamos en
el futuro de nuestra patria, de nuestra Cuba, la de todos los cubanos,
vivan en Carraguao, Hialeah, Pueblo Nuevo, Los Ángeles, Chicharrones o
Union City.
Y mientras no logremos entendernos en estos temas fundamentales, todo lo
demás será superfluo o bobería. Política, con mayúsculas, nunca podrá
ser. El futuro de nuestra patria va mucho más allá de croqueticas en la
Calle Ocho, desfiles en La Pequeña Habana, mítines de repudio en
Marianao, o bailecitos en el "protestódromo" habanero.
Porque Cuba, como nación, es mucho más que todo eso. Mucho más que su
gobierno y sus opositores, que sus "revolucionarios" y sus exiliados.
Cuba es la Patria de todos los cubanos, con todos y para el bien de todos.
Source: "¿Cómo será el futuro de Cuba? - Artículos - Cuba - Cuba
Encuentro" -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/como-sera-el-futuro-de-cuba-296775
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