Los tiempos agónicos de la "actualización"
El menosprecio a la pobreza de la ciudadanía es el rasgo central de las
políticas de la actualización. La respuesta ciudadana, huir del país
Marlene Azor Hernández, México DF | 02/12/2014 7:15 pm
Nadie se atreve en la prensa nacional cubana a hacer un análisis crítico
de la información del último Consejo de Ministros[1]. Esta impunidad
informativa del gobierno nos ha dejado a merced de una élite que
evidencia su incapacidad en cada una de sus apariciones, pero que carece
de las contrapartes públicas —más que sanas— para rectificar su rumbo y
rendir cuentas para lo que existen: servir a la ciudadanía.
Para empezar, no es seguro que se haya logrado un crecimiento del 1,3 %
del PIB 2014 —seguramente nos enteraremos hacia diciembre del próximo
año—, pero se "piensa" que en el próximo año se logre crecer más de un 4
%, según el ministro de Economía, Marino Murillo. Para un lector
informado del sistema económico cubano, esta es otra nueva fabulación
del ministro de Economía porque los cambios estructurales[2] siguen
ausentes de la agenda. No hay ninguno explícito en el presente informe,
a no ser que se siga haciendo política económica a escondidas de la
opinión pública.
Con un magro "crecimiento" del 0,6 % en el primer semestre de 2014, la
estrategia del gobierno cubano fue sumirse en el silencio —a partir de
junio de este año— sobre las políticas para salir de tamaño desastre en
las condiciones de crisis que vive el país después de ocho años en el
poder del "nuevo" gobierno, y mientras tanto, imponerle a los
economistas cubanos que la actualización comenzó en 2011, robándose
cinco años y medio de "gracia". Con elecciones libres, ya el
General/Presidente y su gabinete de ministros habrían salido barridos
del poder.
Seis meses después reaparece el gobierno para seguir con la misma
improvisación, que nadie sabe adónde va, con consignas de mayor
"eficiencia interna" de la economía. Esta "consigna" no se calza con
ninguna nueva medida o medidas que la garanticen en el nuevo informe,
sino que es el pésimo comodín que utiliza el gobierno cubano para no
decir nada. Luego entonces, este pronóstico del 4 % de crecimiento de la
economía nacional hay que tomarlo como decía Jorge Luis Borges: "y los
futuros tienen su forma de caerse por la mitad".
La política que se expresa en el informe es el aumento del control de la
empresa no estatal, con nuevos impuestos sobre utilidades que ya se
habían aprobado en períodos anteriores y un intento de "legalizar" parte
de las actividades económicas sumergidas en el mercado negro. El monto
de los subsidios estatales a las empresas del Estado disminuye levemente
pero no se informa su cuantía. Las cooperativas no agropecuarias
continúan con el tiempo agónico para ser aprobadas.
El lenguaje críptico y mediocre de la nomenclatura cubana es uno de los
males endémicos que arrastra el período de la "actualización", y que
siempre nos recuerda a la nomenclatura soviética de los años 70s del
siglo pasado. Para empezar el lenguaje del Granma presenta la
información como se "avizora". Es decir, otear en el horizonte para
descubrir algo desde una determinada altura, lo cual hace la información
más parecida a un ejercicio de prestidigitación delante de una bola de
cristal que la seriedad de un informe económico.
Cifras en volúmenes de gastos que nada dicen sobre la satisfacción de la
demanda (créditos, subsidios), no hay datos de los resultados económicos
por ramas de la economía en 2014 y solo algunas medidas de legalización
complementarias sobre las viviendas. No ha habido cambio de mentalidad.
Con este pobre panorama de rendición de cuentas, ya sabemos que la
próxima reunión del parlamento cubano, el 19 de diciembre, será otra
reunión para perder el tiempo y los recursos; para levantar la mano de
manera unánime por un presupuesto de 2015 que nadie, a su vez, podrá
controlar, como tampoco ninguno de los anteriores. Son los juegos
simbólicos del poder cubano —sin contrapartida democrática—, que
profundizan la sensación de fracaso de la ciudadanía, año tras año, sin
atisbar mejoras para su situación.
La cifra necesaria para importar alimentos es la nota más escandalosa
del informe y no se explica. Que se pronostique el gasto de $2.194
millones en la importación de alimentos es la evidencia del fracaso de
la política agroalimentaria cubana en los últimos ocho años. Cada año se
importa más o se gasta más, y lo que no se importa y se produce en el
país no cubre las necesidades de la demanda. Ya sabemos que la economía
centralmente planificada, planifica no sobre lo que es necesario sino de
espaldas a la demanda. El asunto considerado por el General/ Presidente
como de "Seguridad Nacional" sigue sin respaldo en la agenda de "la
actualización". Los Lineamientos se cumplen y su contrario porque están
redactados de tal manera que usted puede decir lo mismo y lo contrario y
sin fechas límites. Eso sí, nos anuncian en el presente informe que se
está planeando a "largo plazo", algo que no necesitan ni los
funcionarios ni la ciudadanía porque no se cumplen los planes anuales, a
no ser que se utilice como papel higiénico, que como tantos otros
productos, siguen por debajo de la demanda en la producción nacional. De
nada sirve crecer en la producción de algunos productos si estos siguen
muy por debajo de las necesidades primarias de consumo. Esta relación
entre la inversión y la demanda nunca se publica, ni se discute en el
Parlamento.
Un aumento del 9,1 % en los salarios nominales en los sectores de la
salud y los deportistas no clarifica cuánto significan en la población
económicamente activa, tampoco de la ocupada, y mucho menos, cuál es la
capacidad adquisitiva de esos salarios. La pobreza no existe para el
gobierno cubano —por decisión— y por eso no aparecen los datos que
permitan definirla y cuantificarla al menos con los parámetros
internacionales. La "media lengua" del informe se reproduce para decir
que crece algo la ocupación, pero oculta el nivel de desempleo abierto y
oculto. Es decir, otra "información" que no sirve para nada, ni siquiera
para "el entusiasmo".
Un mérito ha tenido este informe para mí: el sacarme una carcajada
frente "a la propuesta de Conceptualización del Modelo Económico y
Social Cubano de Desarrollo Socialista (sic)" —¡Qué mal gusto este
nombre y qué mal escrito, por dios!. Este es otro secreto de Estado.
Ya sabemos que no es un "socialismo de mercado", según el exministro
José Luis Rodríguez, tampoco se renuncia a la planificación centralmente
planificada ni al control de los medios fundamentales y no fundamentales
de producción —la tolerancia legal y el intento de control, no la
estimulación, es lo que han tenido hasta ahora las formas de producción
y servicio no estatal. Nadie sabe quiénes están estudiando el supuesto
novísimo modelo, aunque de vez en cuando la dirección dice que lo
estudia —hace varios años—, porque los dirigentes cubanos son incapaces
de ser transparentes en su gestión y la nebulosa sobre lo que se
proponen forma parte de una política expresa para evitar el control
ciudadano.
Entre silencios, ausencia de datos, desidia, y rutina transcurre el
tiempo agónico de la "actualización". La población no espera mejoras,
huye del país por los más disímiles medios, y los que no pueden
conforman esa mayoría poblacional sumida en la pobreza y la desesperanza.
[1] Granma, 30/11/2014.
[2] Sobre la palabra también hay que ponerse de acuerdo. Para el
gobierno cubano permitir el cuentapropismo y las cooperativas no
agropecuarias sería el cambio "estructural" aunque el 85 % de la
economía nacional sea estatal y siga mostrando su ineficiencia
económica. Para los analistas esto no significa un cambio estructural en
la medida en que estas nuevas formas son toleradas pero no estimuladas,
con impuestos múltiples y excesivos y la falta de otros derechos
económicos con que cuentan las PYMES en países similares en tamaño y
población. "Ordenar" una estructura obsoleta y tolerar legalmente
algunas formas no estatales de producción no significa cambios
estructurales.
Source: Los tiempos agónicos de la "actualización" - Artículos - Cuba -
Cuba Encuentro -
<http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/los-tiempos-agonicos-de-la-actualizacion-321095>
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