Cuba: lo peor de los dos mundos
El castrismo ha decido implantar un capitalismo de estado permitiendo
sólo la "explotación capitalista" extranjera, pero dejando intacta la
dictadura para cercenar la libertad individual de los cubanos
lunes, agosto 3, 2015 | Jorge Hernandez Fonseca
BELÉM, Brasil – La Cuba castrista acaba de enfrentar un largo período
"socialista" que ha culminado en una sociedad empobrecida. La solución
promovida por el alto mando castrista es "amigarse con el enemigo
imperialista". Así, la jefatura cubana acaba de decidir que "sin la
instauración del capitalismo es imposible construir el socialismo". Sin
embargo, no es el capitalismo lo que Raúl y sus generales van a
implantar en Cuba, sino un híbrido de lo peor de los dos mundos.
El capitalismo requiere libertad individual como condición para el mejor
desarrollo de la fuerza emprendedora de la sociedad, incentivando las
fuerzas implícitas en cada uno de sus miembros de
forma libre e independiente, creando un ambiente que propicie el
desarrollo de las fuerzas productivas de los integrantes de la sociedad.
Esa libertad individual implica sin embargo el sentir cierta
inseguridad social –sentimiento no deseable para muchas de las personas–
pero que potencia la capacidad emprendedora de la otra parte de la misma
sociedad. De alguna manera, el potenciar la libertad individual
cuestiona en parte la seguridad social plena.
La organización productiva capitalista se estructura naturalmente de
forma que los pocos emprendedores –dueños de las empresas– dan empleo a
un volumen mayor de asalariados. Este esquema ha sido calificado en el
socialismo como una "explotación capitalista", compuesta por
"explotadores" (los emprendedores-dueños) y "explotados" (las masas
"irredentas").
El socialismo por su parte jerarquiza "lo social" a costa de sacrificar
la libertad individual. Se argumenta que "la seguridad social se obtiene
sacrificando la libertad individual", como una especie de pago para
obtener la añorada "justicia social para las grandes masas desposeídas".
Así, el socialismo cambia libertad individual general, por seguridad
social para las masas.
La organización productiva socialista es muy similar a la organización
capitalista. Para erradicar el capitalismo, estatiza las empresas
productivas y en paralelo limita la libertad individual a través
de una dictadura para "dar justicia social, a cambio de libertad". Como
no hay dueños, las ganancias irían a estado todopoderoso que
supuestamente las distribuiría "igualitariamente", para ofrecer la
justicia social prometida. Ese esquema no funciona y va disminuyendo las
ganancias hasta la quiebra final de la economía, incentivando regresar
al "viejo" capitalismo.
En las circunstancias actuales, el castrismo ha decido implantar un
capitalismo de estado permitiendo sólo la "explotación capitalista"
extranjera, pero dejando intacta la dictadura para cercenar la
libertad individual de los cubanos. En este caso se tiene el peor de los
dos mundos: por un lado, la falta de libertad que implica la dictadura
socialista y por otro lado, la falta de justicia social que
implica el capitalismo solo para extranjeros, mezclando lo peor de ambas
sociedades. Esto, para los cubanos, significa la continuidad de la lucha
contra la dictadura.
El régimen castrista desaparecerá al desaparecer los hermanos Castro,
con o sin la presencia de los EUA en el escenario nacional. Será
entonces cuando el pueblo cubano –de dentro y fuera de la
isla– hará valer sus derechos conculcados en este medio siglo de
opresión y felonía.
Source: Cuba: lo peor de los dos mundos | Cubanet -
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