¿Hacia dónde van las reformas en Cuba?
Publicado el Lunes, 03 Septiembre 2012 04:57
Por Emilio Morales*
El gobierno cubano acaba de hacer un alto en el proceso de
transformación de su modelo económico.
El anuncio fue realizado semanas atrás por el viceministro de Trabajo y
Seguridad Social José Barreiro, y deja claro que no se van a implementar
los mercados mayoristas y el trabajo privado para los profesionales, lo
que constituye un cubo de agua fría al pujante sector privado cubano.
La decisión -a sabiendas de que son premisas y requisitos altamente
demandados por el proceso de transformación de la economía- pudiera
interpretarse no como un retroceso o parada estratégica, pero sí como un
freno al proceso de transformación de la economía cubana, que de por sí
ya estaba dando fuertes señales de desaceleración.
A pesar de que el anuncio también habla de que fueron aprobadas nuevas
modalidades para el trabajo por cuenta propia que anteriormente estaban
prohibidas (chapista, herrero, pulidor de pisos, vendedor de artículos
de aluminio, oxicortador, fundidor y marmolero, por citar algunas), las
declaraciones denotan desconfianza e inseguridad en los pasos a seguir.
Resistencia al cambio
La resistencia al cambio y la falta de proyección estratégica son
señales de intolerancia respecto a abrir el mercado para permitir una
libre competencia con el sector privado emergente.
Los últimos viajes del gobernante Raúl Castro a China y Vietnam muestran
preocupación en cómo adaptar la formula mágica que le ha dado el éxito a
ambos aliados. La respuesta es sencilla y solo tiene una receta:
apertura al capital extranjero, liberación de la economía hacia una
economía de mercado en todos sus sectores y liberación del trabajo
privado a los profesionales.
Sin embargo, al parecer la fórmula aún no encaja bien en el diseño del
nuevo modelo económico cubano.
Según el viceministro Barreiro, "las nuevas variantes anunciadas van por
el camino del diseño de cooperativas urbanas, una forma de organización
diferente a la del trabajador por cuenta propia, que tendrá mucha más
flexibilidad y un enfoque similar al de las peluquerías que pasaron a
manos de sus trabajadores".
En realidad esto pudiera convertirse en un experimento condenado al
fracaso por no ser otra cosa que más de lo mismo. Los antecedentes
hablan por sí solos, el fracaso de las UBPC cañeras y no cañeras de la
agricultura son ejemplos clásicos del pasado reciente que no debería
olvidar el gobierno cubano.
Cuando el gobierno cubano anunció el listado de acciones a realizar para
comenzar la transformación de su modelo, una de sus prioridades era
terminar de una vez con las plantillas infladas del sector estatal. Para
ese fin se concibió un plan de despidos de dos millones de trabajadores
en un período de cinco años.
Al mismo tiempo, abrieron el espacio a 183 modalidades para el trabajo
por cuenta propia con el objetivo de paulatinamente ese sector fuera
absorbiendo todo el personal que quedaría excedente.
Contradicciones inexplicables
Pero las limitaciones del trabajo privado, la inflexibilidad de las
leyes, los altos impuestos y las pobres condiciones para adquirir los
insumos han sido un freno en el desarrollo del cuentapropismo.
De hecho, el plan de despidos esta detenido, al tiempo que se mantienen
las plantillas infladas y todos los demás males que aquejan a la
economía cubana y que condicionaron el inicio del cambio de modelo. A la
vez, sigue sin estimularse la productividad del trabajo, por lo que no
se pueden aumentar los salarios ni mucho menos eliminar la doble moneda.
Entonces, ¿cómo el gobierno va a ejecutar un plan de despidos de dos
millones de trabajadores si no es capaz de diseñar una alternativa
privada para esta masa voluminosa de personas?
El problema es elemental. Papá Estado no quiere compartir el mercado, no
está listo para ceder o compartir el espacio que ha controlado por 50
años. Al menos es lo que hasta hoy demuestra con su obstinado
comportamiento.
¿Cómo construir un sector privado sin mercado mayorista?
Es absurdo y constituye una visión errada del modelo. Ninguna economía
puede desarrollar su sector privado de manera sostenible y creciente si
no hay, entre otros factores, un mercado mayorista que le ofrezca soporte.
Sonsacando al mercado negro
La inexistencia de estos mercados mayoristas genera un aumento de los
desvíos de recursos y el robo en las instituciones del Estado, además de
ser un estímulo natural para el repunte del mercado negro.
La mentalidad empresarial del cubano tiene que cambiar, pero también
tienen que cambiar las leyes y las ideas de quienes tienen la
responsabilidad de gobernar y llevar a cabo las reformas.
¿De que vale entonces que los economistas líderes de opinión de las
instituciones académicas cubanas hayan estado viajando durante los
últimos años por Europa del Este, Asia, y Estados Unidos para recoger
experiencias y ver el desarrollo de modelos económicos de economía
emergentes y de economías desarrolladas, si al final el gobierno no toma
en cuenta las recomendaciones de ellos? ¿Por qué tanta resistencia al
cambio?
La población cubana actual con edad laboral alcanza los 6.8 millones de
personas, según la Oficina Nacional de Estadística (ONE). De ellos, más
de 1.5 millones tienen nivel de educación universitaria, lo que
significa que un 22 por ciento de la población con edad laboral tiene un
alto índice de instrucción.
¿Por qué entonces el modelo de transformación de la economía no permite
que este voluminoso número de profesionales pueda tener oportunidades en
el sector privado? ¿Cuantos miles de ingenieros, arquitectos, ingenieros
civiles, ingenieros mecánicos, contadores, ingenieros eléctricos, en
sistemas de computación, entre otros, se encuentran ociosos,
subutilizados, sin tareas productivas? ¿Por qué no se habilitan espacios
para que toda esa masa humana altamente calificada -y generalmente
incorforme con sus opciones- pueda ser productiva?
Camino al fracaso
Definitivamente, hacer una transformación del modelo económico cubano
sin la participación de los profesionales es un camino condenado al fracaso.
Hoy, en pleno siglo XXI, no se concibe ningún desarrollo si no es con el
uso de la tecnología y el acceso a la internet. Las preguntas apuntan
inevitablemente al llevado y traído cable de fibra óptica que ya une a
Venezuela y Cuba, pero cuyo funcionamiento se mantiene en estricto
secretismo, sólo al servicio de instituciones gubernamentales y
orgasnismos estratégicos. ¿Por qué no se usa para poder crear parte de
la infraestructura tecnológica que necesita el cambio de modelo cubano?
Espacios y sectores en la economía cubana sobran para que profesionales
y tecnología unidos como un todo transformen y cambien el rostro del
país en pocos años.
La construcción de viviendas, el mercado inmobiliario, la producción
agrícola, la venta de autos nuevos, la distribución de mercancías, el
desarrollo del turismo, la producción de alimentos, la multiplicación de
los servicios, las franquicias, los servicios de contabilidad y el
mercadeo de todos los negocios son actividades comerciales que requieren
de la acción de los profesionales de forma privada e independiente.
Esa es la única forma de crear un mercado verdaderamente competitivo, es
la única vía para generar verdadera riqueza.
Para lograrlo se requiere un profundo cambio de mentalidad entre los que
tienen la última palabra, huelga decir sus nombres. ¿O acaso su nombre?
Dar ese salto es el principal dilema del cambio de modelo.
Tendremos en Cuba un nuevo modelo económico o, en su defecto, una
variante light de la ineficiencia. Y esta última salida ya la hemos
visto en otras épocas del socialismo criollo y sabemos adonde conduce.
*Economista cubano. Ex jefe de planeación estratégica de mercadotecnia
en la corporación CIMEX y autor de los libros Cuba: ¿tránsito silencioso
al capitalismo? y Marketing without Advertising, Brand Preference and
Consumer Choice in Cuba. Es presidente de Havana Consulting Group, en Miami.
http://cafefuerte.com/opinion/opinion/puntos-de-vista/2158-hacia-donde-van-las-reformas-en-cuba
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