Oscar Espinosa Chepe: «Hay una insatisfacción nunca vista en Cuba»
Dos visiones del inmovilismo cubano
ernesto agudo
La perestroika de Gorbachov -que vivió de cerca como diplomático en
países del antiguo bloque soviético- y su paso por el Banco Nacional de
Cuba -«donde me dí cuenta del desastre»- le abrieron los ojos para
siempre. Cuando apenas había terminado sus estudios en la Universidad de
La Habana, Oscar Espinosa Chepe (Cienfuegos, 1940) ejerció de
investigador en la oficina de Fidel Castro, pero fue sancionado a
trabajos forzados en el campo por «diversionismo ideológico». Condenado
a veinte años en la Primavera Negra de 2003, este economista y
periodista independiente que nunca militó en el Partido Comunista es el
único de los quince prisioneros de conciencia excarcelados bajo la
llamada «licencia extrapenal» que ha podido salir de la isla con el
propósito de regresar; en su caso para recibir tratamiento médico en
España por un problema hepático crónico agravado durante los dos años en
las prisiones castristas.
-¿En Cuba hay o no reformas?
-Con Raúl Castro se están produciendo reformas económicas muy limitadas
e insuficientes que no han resuelto los problemas. No hemos salido de la
crisis del periodo especial de la década de los noventa. Seguimos con la
doble moneda y la descapitalización del país. Cuba se está auto
consumiendo como un cocodrilo por la cola. El Gobierno sabe que sobran
1.300.000 trabajadores estatales. Se ha puesto metas al respecto, pero
las ha incumplido. Sin la reestructuración de la fuerza laboral es
imposible aumentar la productividad y los salarios reales, eliminar la
doble moneda, imponer una disciplina en los lugares de trabajo y luchar
contra la corrupción.
-La nueva política migratoria, el incipiente sector privado ¿son
indicios de una apertura del régimen comunista?
-Lo veo como una política más realista de Castro: hacer un éxodo legal,
deshacerse de mucha gente que le sobra y convertirlo en personas que
mandan remesas, al mismo tiempo que da una impresión de apertura a la
comunidad internacional. La apertura va a llegar hasta donde a ellos les
convenga. Con lo que han hecho hasta ahora los problemas graves se
mantienen, no se resuelven. Con la venta de chucherías y abalorios en la
calle la gente se mantiene, pero la economía no se desarrolla. Se
necesitan inversiones, aumentar la productividad, incentivos laborales…
Coincido con un profesor de Economía de la Universidad de La Habana, que
afirma que con la venta de pan con guayaba y refrescos no se van a
resolver los problemas del país.
-¿La crítica situación política y económica de Venezuela puede acelerar
los cambios en Cuba?
-Como señala la Cepal, la situación de Venezuela es muy grave. Todavía
tienen petróleo, pero su deuda externa es enorme. Lo inteligente sería
acelerar los cambios en Cuba y no buscar otros padrinos, como parece que
están haciendo con Brasil. Además deberían tratar de normalizar las
relaciones con Estados Unidos, ahora que hay un presidente (Barack
Obama) más flexible y propicio a la negociación. Dentro de Cuba habría
que buscar sectores más dados a la reconciliación nacional y a las
salidas pactadas. No veo otra salida y me preocupa que haya un cambio
muy grande adverso al Gobierno cubano. Hay una insatisfacción como nunca
he visto entre la población.
-¿Es posible un estallido social?
-Pudiera ocurrir si no se da una salida racional de reconciliación
nacional, si las cosas siguen empeorando en todos los sectores y la
gente se siente acosada, sin esperanza. El Gobierno debe tener en cuenta
esta situación, muy peligrosa en estos momentos. Por eso me uno a los
llamamientos de fuerzas racionales que hay en Cuba, como la Iglesia
católica, que aboga por una solución nacional, cubana, sin injerencia
extranjera, para encontrar la solución entre todos los cubanos.
-El diario oficial «Granma» aseguró hace poco que lo más duro de la
«actualización del modelo socialista» está por llegar. ¿A qué cree que
se refería?
-El Gobierno tiene que aclararlo. Puede ser la reestructuración laboral,
hasta ahora ha despedido a cantidades relativamente pequeñas de
trabajadores que ha desplazado al sector «por cuenta propia». Pero no se
han creado suficientes puestos de trabajo. Puede tratarse de una
política de cierre de empresas e instituciones no rentables.
-Los «cuentapropistas» (trabajadores del sector privado) se quejan de
los elevados impuestos y de la falta de un mercado al por mayor.
-Sí, los impuestos son desorbitados y crecientes. También se quejan de
la falta de recursos para trabajar y del acoso de los inspectores.
-¿Cuál es la solución para el problema de la doble moneda?
-Un cambio estructural de toda la economía que no han hecho.
http://www.abc.es/internacional/20130519/abci-cuba-visiones-inmovilismo-oscar-201305162100_1.html
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