Población de Cuba caerá a la mitad para 2100
Habrá menos cubanos que en 1950, y el 35 % tendrá más de 60 años, según
el último pronóstico de la Organización de Naciones Unidas.
Rolando Cartaya
junio 14, 2013
Más que inquietantes para el futuro de la nación cubana resultan los
últimos pronósticos publicados por la ONU sobre las perspectivas
demográfica del país caribeño, publicadas en el contexto de las
proyecciones sobre la población mundial de aquí a fin de siglo.
El estudio publicado el jueves, confeccionado por el Departamento de
Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, dispara las alarmas rojas
encendidas hace años por economistas cubanos independientes y exiliados.
En las tablas de la investigación se confirma una elevación de la
esperanza de vida al nacer en la isla, de aquí al 2100. Si ahora los
cubanos pueden esperar vivir 79 años, en el 2100 esa expectativa habría
ascendido entonces a 89 años. Igualmente, se pronostica una mejoría
gradual de los índices de mortalidad infantil.
Pero según el estudio, Cuba se convertiría a partir del 2050 en uno de
los tres o
cuatro países con la población más envejecida en el mundo: el promedio
de edad de los cubanos sería para entonces de 54 años, comparado con el
actual de 41, y sin perspectivas de cambios significativos en la segunda
mitad del siglo XXI. En contraste, la edad promedio en Europa,
aumentaría en ese período de 41 a 47 años.
Además, Cuba tendría en 2100 un 35 por ciento de su población con más de
60 años. Actualmente, con alrededor de un 18 por ciento en ese rango de
edades, es el país más envejecido de América Latina.
Paralelamente, continuaría la tendencia decreciente de la población de
la isla: el documento anticipa un decrecimiento absoluto progresivo, de
11 millones 266 mil habitantes en 2013, a 11 millones 19 mil en 2025; 9
millones 392 mil en 2050; y 5 millones 458 mil en 2100. Cuba tenía en
1950 un número de habitantes mayor que esa última cifra, con 5 millones
920 mil.
BAJA NATALIDAD CUBANA ES ATÍPICA
Durante años economistas cubanos independientes y residentes en el
exterior han estado alertando sobre los peligros de la baja natalidad en
Cuba, unida a un progresivo envejecimiento de la población, lo que
resultaría en un desequilibrio insoluble entre el segmento improductivo
de la población-- niños, enfermos y muchas personas de la tercera edad--
y la menguante fuerza laboral que debería proveer los recursos para
mantenerlos.
A la baja tasa de reemplazo de menos de una hija por mujer –según cifras
oficiales en 2011 la población femenina tuvo como promedio 0,86 hijas
por mujer-- se añaden en ese sentido las decenas de miles de isleños que
emigran cada año y los que dejan de nacer en un país donde someterse a
un aborto -- usado prácticamente como método anticonceptivo-- es tan
fácil como sacarse una muela. .Solamente en 2009 se practicaron en la
isla 84.687 abortos, según cifras del MINSAP.
El fenómeno del envejecimiento poblacional y la baja natalidad ha sido
esporádicamente tratado en los medios oficiales, La última vez, en marzo
pasado en el diario "Granma", el título denotaba cierto grado de alarma:
"Dinámica demográfica en Cuba, un desafío inaplazable".
Pero los puntos de vista del oficialismo siempre han enfatizado que el
problema se debe a que Cuba mantiene índices de esperanza de vida,
mortalidad infantil, independencia de la mujer y otros comparables con
--o mejores que-- los del Primer Mundo.
El economista independiente Oscar Espinosa Chepe, actualmente bajo
tratamiento médico en España, ha explicado por qué considera engañosos
los argumentos oficiales acerca de la similaridad entre las causas que
conllevan a la baja natalidad en Cuba y en Europa, EE..UU., Japón y
otros países desarrollados.
En un artículo para el portal Cubanet Chepe observa que "La baja
natalidad, el envejecimiento y el retroceso en el número de habitantes
constituyen problemas localizables en algunos países desarrollados,
donde muchas personas con variadas opciones existenciales prefieren
crear familia relativamente tarde, y cuando lo hacen, de limitadas
dimensiones".
"No obstante", apunta. "esas sociedades pueden hacer frente a los retos
de los desequilibrios demográficos con un constante incremento de la
productividad de la población ocupada y la inmigración de fuerza de
trabajo extranjera en edad laboral, proveniente de naciones por lo
regular superpobladas".
En el caso cubano, mientras tanto, "la productividad laboral es
sumamente baja y, dada la falta de incentivos para los trabajadores, se
carece de perspectivas de cambio. Respecto a recibir inmigrantes en edad
laboral, sería una opción absurda en las actuales circunstancias. Cuba,
como se conoce ampliamente, mantiene un significativo y sostenido flujo
de emigrantes".
Chepe prevé que sin un crecimiento significativo de la productividad,
improbable bajo el actual régimen económico, el problema ahondará aún
más el déficit de la seguridad social; se crearán tensiones monetarias
adicionales a las ya actuantes, y se requerirán grandes asignaciones de
recursos materiales, laborales y financieros para enfrentar crecientes
demandas de asistencia médica, medicamentos, asilos y otros servicios
sociales, principalmente para las personas de la tercera edad.
Para el economista cienfueguero la raíz del decrecimiento poblacional y
la baja natalidad en Cuba es la continuada crisis económica, política y
social del país, presente desde hace años sin que exista perspectiva
alguna de cuándo pueda terminar, y la negativa de las familias cubanas a
reproducirse en esas condiciones.
La única solución, en opinión del ex preso de conciencia, sería el
cambio total del modelo económico, político y social imperante en Cuba.
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