El rey del azúcar revoluciona el exilio cubano afincado en Miami
Los planes de Alfonso Fanjul para hacer negocios en la isla dividen a la
diáspora
MARÍA RAMÍREZEnviada especial Miami Actualizado: 24/02/2014 03:47 horas
El obelisco con la bandera de Cuba se alza en el campus de la
Universidad Internacional de Florida en honor a los activistas, los
náufragos y los exiliados. En su inauguración, miles de personas cantan
en pie el himno cubano. Se escuchan sollozos y gritos contra el régimen.
"Abajo los tiranos", dice una pancarta entre la multitud que mezcla
banderas venezolanas con las cubanas. Un octogenario sujeta otra contra
"los vendepatrias" que quieren "diálogo". En el podio se proyectan
vídeos de balseros y de fusilamientos. La consigna es "no olvidar" el
pasado ahora que el final puede estar cerca y que parte de la comunidad
está ansiosa por volver a la isla o por hacer negocios en ella.
Alfonso Fanjul, el magnate del azúcar, está entre quienes quieren
invertir en Cuba. Visitó la isla en abril de 2012 y en febrero de 2013
como parte de una delegación del 'think-tank' Brookings Institution, que
defiende el fin del embargo. Y recientemente dijo al 'Washington Post'
que tiene ganas de invertir allí "en las circunstancias correctas". "Si
hay alguna manera para que la bandera de la familia pueda volver a Cuba,
me encantaría hacerlo", aseguró, creando un gran revuelo en la comunidad
cubana en el exilio. El empresario podría invertir sin saltarse el
embargo porque tiene nacionalidad española.
Una traición indignante
Para parte de los exiliados, sus palabras han sido una traición. "Se
habla mucho de Fanjul, pero no positivamente. Ha suscitado pasión en la
comunidad, mucha indignación", cuenta a este diario Mauricio
Claver-Carone, director del grupo Cuba-Democracy. Colaboradores de
Fanjul le han dicho que el magnate "no está contento" con el artículo
del 'Post' porque no refleja "su verdadero sentimiento". Pero
Claver-Carone comenta las "sospechas" sobre los viajes de 'Alfy', el
nombre con el que se conoce aquí al empresario. Poco después de la
primera visita de Fanjul a Cuba, más de una docena de ejecutivos
exiliados firmaron una carta contra los intentos del régimen de atraer
inversores y "dividir y neutralizar a la comunidad cubano-americana".
La posición del magnate contrasta con la de su hermano pequeño, Pepe,
uno de los protectores del senador Marco Rubio, también decepcionado por
las palabras de 'Alfy'.
"A mí lo que me interesa para Cuba es la libertad política", explica
Rubio a EL MUNDO después de la inauguración del obelisco. "Si yo pensara
que realmente una apertura económica de Estados Unidos fuera a cambiar
eso, estaría favor. Pero no lo va a hacer. El Gobierno cubano manipula
todo. No va a permitir que entre cualquiera a hacer lo que quiera". "En
un futuro, cuando estos líderes no estén en la escena, sea por causas
naturales o porque el pueblo los quite, vamos a tener un arma para
negociar con ese nuevo Gobierno", insiste el senador, que defiende el
embargo. "Hoy estamos viendo las violaciones en Venezuela y, ¿qué nos
piden los venezolanos? Que haya sanciones en contra de Nicolás Maduro.
Cómo vamos a quitar las sanciones que ya existen contra otro tirano,
Raúl Castro".
Para otra parte de la comunidad, en cambio, el paso de Fanjul es una
liberación. "El hecho de que lo haya dicho públicamente ha permitido que
mucha gente 'salga del armario' en el caso de Cuba. Ha dado una nueva
legitimidad al poder disentir. Hasta ahora había mucha intimidación.
Había que decirlo bajito", explica a EL MUNDO Carlos Saladrigas,
consejero delegado de una empresa de recursos humanos. "La estrategia de
la olla a presión no ha funcionado en ninguna parte del mundo", dice.
Saladrigas cuenta que él mismo ha cambiado. "Yo vivía aferrado como
muchos otros a la confrontación con el régimen. Nos obsesionábamos con
él y no nos dábamos cuenta de que estábamos dañando a nuestro pueblo.
Pero este régimen ya está moribundo", asegura. "Decir que no ha habido
cambios es tapar el sol con un dedo".
Evolución de la opinión pública
La opinión pública en Estados Unidos también ha evolucionado. Según una
encuesta del Atlantic Council, el 56% de los ciudadanos apoya normalizar
las relaciones con Cuba. Hasta un 63% en Florida. La mayoría es
partidaria de que haya más inversión extranjera en Cuba o sea más fácil
viajar, si bien respalda los castigos ante violaciones de derechos humanos.
"El debate está caliente", dice Saladrigas, que se marchó con 12 años de
la isla y dice que empezó a virar por la visita a Cuba del Papa Juan
Pablo II. El empresario boicoteó un crucero de feligreses organizado por
el arzobispo de Miami y dice que se dio cuenta de su "error garrafal" al
ver la multitud ante el Pontífice por televisión.
"La comunidad cubano-americana está muy dividida... Y es emblemática la
fractura entre los hermanos Fanjul. Pepe sigue manteniendo una línea muy
dura", comenta también a este diario Philip Brenner, profesor de
American University. "Pero cada vez crece más la percepción de que el
embargo no tiene sentido".
Las opciones de negocio podrían cambiar la política de EEUU. "Si hubiera
un movimiento serio de empresarios estadounidenses, el Gobierno haría
algo", explica el profesor, que subraya que el presidente puede
"interpretar" la ley y aprobar excepciones, aunque para levantar el
embargo necesite el visto bueno del Congreso.
Las oportunidades para las empresas extranjeras están en la caña de
azúcar, los fármacos y tal vez el petróleo, abundante, si bien
localizado en aguas profundas que requieren una gran inversión.
Cambio en la política de Bruselas
La UE acaba de aprobar el inicio de la negociación para un acuerdo
comercial con la isla. Pero cualquier pacto será difícil mientras no
cambien las reglas en Cuba.
Las empresas extranjeras tratan ahora con corporaciones públicas y
monopolísticas. Un inversor paga al Gobierno cubano, que después
distribuye el dinero en pesos entre los trabajadores. "Las empresas
españolas que invierten en turismo están tratando con los militares que
están reprimiendo al pueblo cubano. No tienen pudor", lamenta Claver-Carone.
La nueva ley de inversión extranjera podría permitir el trato directo de
los empresarios con sus empleados, pero su debate ha sido retrasado
varias veces. La prensa oficial cubana sugiere que se aprobará en abril.
Saladrigas dice que ahora mismo "hay que estar desquiciado para invertir
en Cuba porque no ofrece garantías, infraestructura o claridad en reglas
del juego", pero insiste en que la situación puede cambiar "pronto".
"Sería una lástima que después de tantos años de sacrificio no hubiera
capital cubano, capital criollo. Muchos empresarios en la diáspora
estamos reevaluándolo. Si Cuba cambia, si se abre a los mercados,
nosotros no vamos a cruzarnos de brazos", dice.
Source: El rey del azúcar revoluciona el exilio cubano afincado en Miami
| Internacional | EL MUNDO -
http://www.elmundo.es/internacional/2014/02/23/530a344222601dbd1b8b4572.html
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment