Llega el turno a los trabajadores de la salud
YUSIMÍ RODRÍGUEZ LÓPEZ | La Habana | 1 Abr 2014 - 9:04 am.
Deportistas y médicos, los sectores de mayores 'deserciones', reciben un
aumento de salario. Los médicos jubilados no se beneficiarán. ¿Mejorará
esta medida la salud pública?
La noticia de la aprobación, por parte del Consejo de Ministros de Cuba,
del incremento salarial a trabajadores del sistema de salud cubano, fue
publicada en Granma el viernes 21 de marzo, pero el hecho no era novedad
para los cubanos. Raúl Castro ya lo había anunciado semanas antes
durante un discurso transmitido por la televisión; quedaba por ver
entonces a cuánto ascendería el incremento y a cuántos beneficiaría
dentro del sector.
A pesar de esas y otras incógnitas, el anuncio fue recibido con
beneplácito por el pueblo en general. Por fin se aumenta el salario de
nuestros médicos, enfermeras y otro personal de nuestro sistema de
salud… solo unos meses después de la aprobación del pago a nuestros
deportistas de acuerdo a los resultados obtenidos. Pero si alguien
piensa que el objetivo de este incremento salarial es taponear el
salidero de médicos debido a las "deserciones" hacia sectores mejor
remunerados, o durante las misiones internacionalistas, se equivoca.
Este incremento "contribuirá a la estabilidad y calidad de los servicios
médicos a la población, así como a cumplir con los compromisos
internacionales", según Granma. De acuerdo con el texto, Marino Murillo
Jorge, jefe de la comisión para la implementación y desarrollo, explicó
que con esta propuesta se avanza en la puesta en práctica de varios de
los Lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista de
Cuba —154, 160 y 171— referidos a temas esenciales como la atención al
personal de la salud, la formación de especialistas con el fin de
responder a las necesidades del país y el incremento de los salarios de
manera gradual, encaminado este en una primera etapa a las actividades
con resultados más eficientes y la labor de aquellos que aportan
beneficios de impacto económico y social.
En ese grupo entran, indudablemente, los trabajadores del sistema de
salud cubano. Su aporte en estos momentos no solo beneficia al país
desde el punto de vista social, sino también, y quizás principalmente,
económico. El sector que en una época no estaba entre los involucrados
directamente con la producción, hoy tiene casi el peso de una industria.
Meses atrás, durante una Asamblea de Rendición de Cuentas en el
municipio Arroyo Naranjo, una electora se quejó de que mientras el
Gobierno enviaba galenos a otros países, en su consultorio no habían
tenido médico por varios meses. Podría esperarse que la respuesta para
esta electora hubiese sido una arenga sobre el espíritu
internacionalista y solidario que ha caracterizado al pueblo cubano y a
nuestra sociedad socialista, la disposición a sacrificarnos por otros
pueblos necesitados. En otras palabras, una apología de la política de
desvestir un santo para vestir otro.
Pero no fue así. Sacrificio, solidaridad e internacionalismo estuvieron
ausentes en la respuesta. Nuestros médicos no podían regresar, porque
gracias a su trabajo en el extranjero "todos estamos comiendo", esas
fueron las palabras textuales con que una doctora presente en la reunión
contestó a la queja.
El término "misión internacionalista" aparece cada vez menos en nuestros
medios, y cada vez se habla más de compromisos internacionales. A medida
que esos compromisos han aumentado (y han "desertado" médicos por el
camino) ha sido necesario enviar más personal; el resultado ha sido una
contradicción que causaría risa sino fuera tan triste: en la potencia
médica proveedora de médicos a otras naciones, escasean los médicos para
atender al pueblo.
Me tocó sufrir esta contradicción en carne propia tres años atrás,
cuando el consultorio médico al que asisto estaba cerrado por falta de
médico, y necesitaba renovar mi certificado por asma bronquial para
poder adquirir el medicamento en la farmacia. Perdí toda una mañana
recorriendo consultorios para realizar el trámite. Todos estaban
repletos, con sus pacientes regulares y otros de consultorios cerrados
como el mío. Al día siguiente me levanté muy temprano y llegué antes de
las siete de la mañana a uno de esos consultorios. Durante la espera,
conocí a una señora que también llevaba días a la caza de un médico. Los
dos hijos de esta mujer eran médicos y ambos cumplían misión en
Venezuela. A las diez de la mañana me despedí de ella, sin que hubiese
aparecido un médico para atendernos.
El personal que permanece en la retaguardia, cumpliendo la no menos
importante (pero peor remunerada) tarea de cuidar la salud de los
cubanos, llegan a sentir que no dan abasto. Muchos maltratan a los
pacientes o no ponen el necesario empeño en su trabajo si no reciben de
los pacientes o sus familiares un incentivo en forma de merienda, o
simplemente dinero, para realizarlo. Sobran historias de este tipo, bien
crudas, publicadas en sitios de prensa independiente o que circulan de
boca en boca en las calles cubanas, nunca publicadas por la prensa oficial.
Los artículos de la prensa oficial sobre los médicos enviados a Brasil
no mencionan las "deserciones". Existen numerosos trabajos periodísticos
sobre vidas de cubanos salvadas con operaciones que serían costosas en
otros países, ninguno sobre la falta de médicos y la mala atención en
los hospitales. Estas historias solo es posible conocerlas a través de
Radio Bemba o de internet, si usted tiene acceso. Pero esto no demuestra
que la prensa oficial cubana mienta; solo demuestra que esa prensa
resulta cada vez más insuficiente como fuente de información sobre la
realidad de este país.
Sin embargo, más allá de lo que el discurso oficial omita, resulta
innegable que los salarios para los trabajadores de nuestro sistema de
salud a partir de ahora resultan alentadores, en comparación con lo que
percibirán hasta el 1ro de junio, fecha en que la nueva medida entrará
en vigor, y en comparación con los sueldos de los profesionales de otros
sectores (excepto el mencionado deporte, cuyos profesionales,
deportistas y entrenadores, también empiezan a recibir salarios más…
¿justos?).
Algunos ejemplos de cómo se incrementarán los sueldos aparecieron
reflejados en Granma, y el salto de 20 o 25 CUC mensuales (menos, en
algunos casos) hasta 50 o 60 CUC , es sin dudas cualitativo. Como estos
ejemplos no responden a todas las dudas generadas por la noticia del
aumento salarial, funcionarios del sistema de salud respondieron
preguntas, durante cinco horas, a través de la edición digital de
Granma. Y la edición del diario correspondiente al sábado 22 de marzo
publicó varias de las preguntas más repetidas, con las respuestas de los
funcionarios, así como opiniones de algunos lectores.
Tal vez, lo más triste entre todas las aclaraciones sea el hecho de que
los jubilados del sistema de salud no verán un incremento en sus
pensiones. La pasada abnegación de estos trabajadores no recibirá
recompensa. No les alcanzaron las facultades físicas y mentales para
llegar en activo hasta aquí. Quienes se retiraron solo un año atrás,
luego de 30 o más años de labor, lamentarán en este instante no haber
aguantado un poco más, apenas lo suficiente para irse a casa con un
retiro que les permita una vida ligeramente más holgada de la que pueden
permitirse con sus pensiones actuales.
Muchos de esos médicos retirados pertenecen a la generación de quienes
alfabetizaron, recogieron café, participaron en zafras y dieron el paso
al frente en cada momento que la Revolución lo requirió. Son médicos que
no se dejaron tentar por empleos mejor remunerados en el turismo o el
sector privado, durante los peores años del "Periodo Especial", que no
abandonaron el país y se mantuvieron dentro del sistema de salud,
pedaleando a sus consultorios o a los hospitales con un vaso de agua con
azúcar en el estómago.
A pesar de que la mayoría de las opiniones recibidas en Granma fueron
positivas (ninguna opinión negativa fue incluida en la selección
realizada para los lectores), existen incertidumbres sobre lo que este
aumento salarial podrá generar en el futuro. ¿Aumentarán los precios, lo
que reduciría el alcance real de los salarios? ¿Qué pasará cuando se
unifique la moneda?
Entre las opiniones, resulta llamativa la de un lector que se refiere al
incremento salarial como un regalo, y dice textualmente: "Este regalo
servirá como para callarle la boca a quienes mantenían falsos conceptos
en cuanto a cómo trataban al médico cubano". ¿Entonces, se trata de un
regalo que hace el Gobierno al personal médico y no lo mínimo que
merecen por un trabajo que implica esfuerzo y sacrificio, que además
está generando ingresos al país?
Puede resultar alarmante que alguien tenga esa visión sobre el pago que
recibe por su trabajo, sin embargo, es una opinión totalmente digna de
respeto. Pero para saber cómo se trata a los médicos cubanos, o al menos
como se sienten ellos tratados, habría que realizar una encuesta, no
solo entre los que permanecen aquí, o trabajando en el extranjero, sino
a los que han "desertado". ¿Por qué lo han hecho? Quizás, parte de la
respuesta esté justo en una de las aclaraciones, con respecto a las
nocturnidades, y cómo se incrementará el pago en ese caso.
Hasta el momento, los médicos han cobrado dos pesos por cada hora de
trabajo en horario nocturno. O sea, 12 horas equivalen a 24 pesos, un
peso convertible, en la economía real de este país, por 12 horas de
trabajo en ese horario. A partir de ahora, ese pago se duplicará. En vez
de un peso convertible, serán dos.
A pesar de que las "deserciones" no son tema para la prensa oficial,
resulta llamativo que los dos primeros sectores en la larga lista de
espera de la mejora salarial, en la que aguardan millones de cubanos,
sean aquellos donde más "deserciones" ocurren. Podría ser un hecho
casual. De todas formas, el futuro nos dirá si estos aumentos salariales
en el sector de la salud detendrán las "deserciones", y si garantizarán
a los cubanos la atención médica que lenta y tristemente ha dejado de
ser la que el pueblo merece y nuestros medios promocionan.
Source: Llega el turno a los trabajadores de la salud | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1396302785_7909.html
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