Publicado el domingo, 06.01.14
Apuntalar la caverna
RAÚL RIVERO
Madrid – El desvencijado socialismo caribeño consiguió pasar el guarapo
al clandestinaje y convertir la chirimoya en un manjar exótico. Pero
tiene, eso sí, dinero y recursos de sobra para sostener sus cuerpos
represivos, garantizarle a los altos dirigentes que vivan como
millonarios y para dotar con la última tecnología su sistema de propaganda.
Esos son tres puntos clave de su supervivencia. Para garantizar los
suministros de fondos que requieren las tres patas de esa mesa se ha
organizado, con espíritu de contingente, como dice el gobierno, la
escenografía de los cambios económicos. Y para darle realismo y banda
sonora a ese plató trabajan las brigadas de agitadores de la isla y la
comparsa del exterior.
Con una buena cosecha de inversores de varias partes del mundo
contratados ya como extras de la película, llegó el momento de volver
sobre el embargo para que los dólares del país vecino entren por los
resquicios abiertos como prueba de buena voluntad y le den fuerza y
eternidad al régimen.
Como se ha vuelto a servir la polémica sobre ese tema, una de las
directrices de los encapotados propagandistas de La Habana tiene que ver
con la descalificación de quienes se oponen a que Estados Unidos levante
las medidas comerciales restrictivas al grupo de poder en Cuba. La idea
del fuego sobre esas personas, sobre todo de las que viven en Cuba, es
una muestra de perversión y ensañamiento.
Los que han expresado su negativa dentro de la geografía cubana son
hombres y mujeres que sufren todos los días la acción de los cuerpos
policiales. Se acuestan y se levantan con el sonido de los bombardeos de
la propaganda. Y ven pasar, a lo lejos, en sus carros refrigerados,
rumbo a sus palacetes, a los que hablan en nombre de los obreros y los
pobres.
Ellos, los que padecen la dictadura, con sus nombres y apellidos, deben
aparecer como personajes cavernícolas, retrógrados, empecinados, sin
capacidad para asumir una apertura para que comience la armonía entre el
régimen y la administración de Barack Obama.
Se llaman, por ejemplo, Berta Soler, que tiene asegurada una paliza o un
encarcelamiento semanal junto a otras Damas de Blanco. O Ángel Moya,
Félix Navarro, Iván Hernández Carrillo, Elías Biscet y otros ex presos
políticos que decidieron quedarse en su país para alcanzar, por medios
pacíficos, transformaciones reales, libertad y democracia.
Los reaccionarios tienen también entre sus filas al periodista
independiente Jorge Olivera Castillo, condenado a 20 años en la
primavera del 2003 por escribir sin mandato y trabajar por un periodismo
libre junto a otros comunicadores como Luis Cino, Iván García Quintero y
Juan González Febles.
Ellos sí saben lo que pasa en Cuba, todos ellos. Sus opiniones hay que
escucharlas con respeto porque, aunque ahora los acusen de cavernícolas,
llevan muchos años en la tarea de derrumbar la caverna. Si se oponen a
que se levante el embargo será, entre otras cosas, para que la policía
no pueda comprar garrotes nuevos.
Source:
http://www.elnuevoherald.com/2014/06/01/1760629/raul-rivero-apuntalar-la-caverna.html
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