Wednesday, February 19, 2014

Cuba y Petrocaribe, un derroche inaceptable

LEOPOLDO MARTÍNEZ NUCETE

Cuba y Petrocaribe, un derroche inaceptable
19 DE FEBRERO 2014 - 00:01

Con el país sumergido en la conflictividad política, el gobierno intenta
distraer la atención de los venezolanos con la fantasía de que existe un
golpe de Estado. Sin embargo, el problema económico es lo real, y golpea
la cotidianidad de forma que el descontento crece, a pesar de las
maniobras políticas oficialistas.

La verdad es que el gobierno luce postrado frente a esta crisis
económica y social, legado del irresponsable populismo de los últimos 15
años; mientras el país nos exige un concurso de voluntades para promover
cambios de impacto financiero, porque la crisis cambiaria amenaza con el
desabastecimiento de productos básicos en todo el país.

Hay muchas cosas que deben cambiar, pero entre algunas que tendrían
efecto inmediato se encuentra detener el irresponsable derroche de
recursos del caótico modelo de cooperación contenido por el Convenio con
Cuba y la iniciativa Petrocaribe.

Nos encontramos entre quienes creen en la necesidad de que exista una
política de cooperación para el desarrollo hemisférico, en la cual
Venezuela contribuya con su potencial energético, pero esto no puede ser
al costo del bienestar de los venezolanos o imponiendo sacrificios al país.

Un modelo de cooperación debe promover desarrollo sustentable y
recíproco a quienes participan en el mismo. Históricamente así lo
habíamos logrado con el Acuerdo de San José. Pero lo que hoy se hace es
básicamente leonino para los intereses de Venezuela, y reporta
simplemente el beneficio político de la incondicionalidad o neutralidad
frente al déficit democrático que exhibe el régimen chavista. Esta
política compromete, a precios descontados y con crédito a 25 años,
alrededor de 300.000 barriles diarios de nuestra producción petrolera
exportable; en consecuencia, no ingresa en caja el contravalor en
divisas de dichas exportaciones, y en muchos casos se nos paga la deuda
con bienes y servicios a precios más altos que los de mercado. En pocas
palabras fiamos nuestro petróleo barato y compramos caro alimentos que
antes se producían en el país. El costo directo de este derroche supera
los 15 millardos de dólares anuales.

Con el país abatido por la inflación y la escasez, paralizado por un
conjunto de graves desajustes macroeconómicos, y amenazado por el
continuo declive en la producción nacional, incluida la petrolera, se
impone poner fin al derroche que el gobierno mantiene a través de sus
convenios con Cuba y el Caribe, para sustituirlo por una cooperación
racional, sustentable y de beneficios recíprocos como la que siempre ha
promovido Venezuela. Se debe comprometer solamente un nivel de
producción petrolera que no afecte nuestros flujos financieros en
dólares, teniendo en cuenta nuestras importaciones y compromisos
internacionales; y todo país con acceso a precios preferenciales o
condiciones de pago especiales en las importaciones petroleras
venezolanas debería a su vez importar bienes o servicios de producción
venezolana (no lo contrario, como ocurre actualmente).

En síntesis, el volumen de exportación petrolera comprometido en dicha
operación debe ser proporcional a las divisas recibidas por Venezuela al
colocar sus bienes y servicios no petroleros en dichos mercados. Así era
la dinámica del Acuerdo de San José. Sobre esa base, la cooperación
promueve desarrollo sustentable, y Venezuela recupera recursos que
necesita para atender la crisis que vivimos. En lo inmediato, el
gobierno tendría que suspender esos compromisos y vender esos 300.000
barriles diarios de petróleo al precio del mercado internacional. El
incremento en la oferta de divisas que implica esta sencilla decisión
ayudaría a producir una importante e inmediata racionalización en el
sistema cambiario.

El descontento que ya recorre las calles del país no se detiene con
represión o censura, se detiene con soluciones al problema económico, y
todo comienza poniendo orden en nuestra industria petrolera. Esta medida
es una de efecto inmediato, y es moralmente procedente, porque la
cooperación internacional no puede significar un derroche de ayudas con
recursos que el país y nuestro pueblo necesitan.

Source: Cuba y Petrocaribe, un derroche inaceptable -
http://www.el-nacional.com/leopoldo_martinez_nucete/Cuba-Petrocaribe-derroche-inaceptable_0_358164237.html

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